Tenías muchas ganas de que llegasen las esperadas vacaciones, demandabas un tiempo que el trabajo diario no te permitía, te escudabas en decir que el día a día no te permitía hacer lo que tenías pendiente, ¿y ahora qué?
Lo tienes aquí, ¿te has dado cuenta? Ya no tienes que esperar más. Son 1440 minutos diarios a tu disposición. Un tiempo fantástico para esa cantidad de cosas que tenías "aparcadas" porque el trabajo te lo robaba.
Tendrás más de un minuto para tu pareja, la familia, tus amigos, tus aficiones, tu descanso, para gritarle al mundo que ahora puedes.
Podrás desayunar con tu mujer y con tus hijos tranquilamente, disfrutando de la tostada, del croissant, de los cereales, de la fruta, del yogur, de un buen zumo de naranja y sobre todo del despertar al lado de tu familia disfrutando de sus primeras risas.
Ahora puedes salir a la terraza o al jardín y gozar de una buena lectura, de esa música que tanto te gusta o simplemente del silencio o del trinar de los pájaros.
También puedes salir a correr, a montar en bicicleta, a pasear por la playa, a hacerte unos largos en la piscina o a hacer una buena caminata por el campo, por la montaña o por el paseo marítimo.
Degustar una paellita, unas cervezas o unos helados frente al mar y sentir los pequeños y maravillosos placeres que te da la vida.
Puedes disfrutar de tus hijos y tener esas conversaciones que siempre te permiten conocerles mejor y entrar en el corazón de cada uno. Dedicarles tiempo y jugar con ellos. Sí, eso que vienen demandándote durante todo el año y que tu "falta de tiempo" te impide. Ahora puedes oír sus risas en directo, participar en su alegría y hasta poderles enseñar los secretos que esconde la vida.
También puedes decidir hacer esa visita que la famosa "falta de tiempo" te impedía, retrasándolo días, meses, años...
Salir con tu pareja, ver una película, tomar unas tapitas, dar un paseo, vivir el momento a su lado, quererla y hacerte querer, sorprenderla con aquello que "el tiempo" no te permitía, ese encuentro maravilloso que los dos necesitáis.
Acercarte a tus padres, hermanos, tíos, abuelos y compartir momentos de familia, de recuerdos y de ese cariño adormecido.
Por supuesto que sería fantástico hacer un voluntariado y regalar tu tiempo, conocimientos y capacidades a otros con menos recursos, pero no te olvides de lo que tienes muy cerca de ti y que demandan tu cariño y atención.
¿Te das cuenta que ahora tienes tiempo? ¿Te das cuenta que ya no tienes excusa? ¿O ahora vas a venir con lo de que no tengo ganas, no me apetece y me merezco un descanso?
Pues claro que tienes derecho a un descanso y, ¿sabes lo que más descansa? La evasión. El olvidarte de lo cotidiano y dedicar tu tiempo a todas esas cosas que te proporcionan bienestar. El entregarte a ti y a los demás en cuerpo y alma, y recibir su alegría y felicidad. ¿Sabes lo que descansa sentirse satisfecho con emplear tu tiempo en compartirlo generosamente?
No, no te digo que olvides tus aficiones, pero tampoco te olvides del maravilloso poder que tenemos cada uno para encontrar la felicidad en nuestro interior e ir regalándola a nuestro paso. ¿O es que a ti no te encanta ver a la gente alegre y feliz?
Regala sonrisas y alegría a tu paso en todo ese tiempo que tienes libre y verás lo que te reconforta y la grandiosa fuerza que te da para seguir en tu camino del día a día, recobrando la ilusión y la confianza sabiendo que en tus manos está todo lo que deseas.
Ahora tienes tiempo, ahora "cierra el paraguas y mójate", pero mójate de verdad, porque cuando uno decide y tiene la valentía de dar un paso tras otro, nunca se queda atrás.
Disfruta de tus vacaciones, sé feliz y no te olvides de compartir esa felicidad.
¡Ah! Y si quieres leer mi nuevo libro, será como un buen amigo que te ayuda en tus decisiones.
Muchas gracias por estar ahí.