El saber que nada es eterno despierta sentimientos tan profundos que parecen eternos...
Sé que por suerte nada es eterno
y que no te amaré por siempre,
que todo en la vida tiene final,
y cuando en eso pienso
te miro fijo a los ojos,
te sonrío con el alma
te acaricio desde lejos y en silencio,
y te amo más que nunca,
como si todo entre los dos
volviera a empezar.