Creo que ya lo conté... si es así me perdonan, pero de regreso de París el mes pasado me tocó la mala suerte de toparme en la fila del avión con tres cineastas nacionales... y digo mala suerte porque el ego les iba subiendo cada vez más a cada uno... por supuesto que puede ser más chic que encontrarse en el aeropuerto de Charles de Gaulle a tres cineastas... que por supuesto en Chile no son muy soportables... uno de ellos hablaba de su nuevo trabajo... en el que contaba la historia de una dominatrix se encontraba con sus clientes... ese más o menos es el mundo del cine chileno... un cine como nuestros tiempos... vacío sin identidad propia, intentando cubrir distintas áreas en la misma historia y una dosis artística que debe ser incomprendida por el público. La mujer hablaba fuerte como si fuera actriz del teatro chileno y estuviera gritando su papel... bueno de ese mundo de fantasías y del festival de Cannes volvían cada vez a ser más chilenos mientras el avión iba cruzando el Océano Atlántico... mientras en la fila todos miraban y movían la cabeza... incluso una de las persondas dijo... ahora entiendo porque el cine chileno es patético en algunas ocasiones...
Es que el arte es imcomprensible y por lo mismo da para todo y para todos... desde los críticos que abundan hasta los "artistas" que sobran.
Machisu (Yûrei Yanagi) es un niño que se encuentra obsesionado con la pintura, su padre es un millonario empresario textil que compra todas las pinturas vanguardistas que los comerciantes le venden, es en ese lugar empapado de colores que sus trazos van mirando como se mueven las gallinas, como son los ojos de los peces... todo sirve para crear los colores de sus sueños... todo va sólido... tanto así que sus profesores no se atrevían a interrumpir sus creaciones (pese a que no eran para tanto).... un hijo de rico puede ser un pintor famoso... así qe se ve prometedor el futuro... pero los gusanos de seda murieron... y con ello la empresa, el padre y el futuro se destiñe en el infinito.
Sólo quedan los pinceles y colores... el resto se esfuma en la búsqueda de un arte nuevo, cuando pareciera que todo está descubierto y cualquier idea artística puede ser pisoteada por un crítico... la paradoja de Zenón parece tomar sentido, por más esfuerzo que se haga no se llega a la tortuga... y en esa búsqueda es cuando a uno le toca escuchar todos esas voces snob que hablan del arte como algo segregador, elitista e intelectual... quien se podría imaginar que el tipo que hacía "Humor amarillo" fuera a convertirse el autor de culto del cine... parece ser que toda la vida de Machisu, ahora adulto interpretado por Beat Takeshi se vuelve una imitación de si mismo... esperando el momento en que su arte sea comprendido llega hasta la ridiculez y la paranoia de lo nuevo... así el curador de la galería se encarga de decirle que todo lo que trata de decir con los colores ya está dicho... o hecho... desde las ridiculeces hasta lo más clásico... pero en ese mundo de artistas hay una fuerte dosis de falsedad, es más creo que hay más chantas que talentosos... me ha tocado ver libros de fotografías en grandes librerías de Madrid con fotografos "irreverentes" de latinoámerica... y peor aún... gente que los compra... por eso de que no a todos les llega igual... algunos se sorprenden leyendo a Coello, o Dan Brown... mientras otros se encargan de tratar de destruir el "talento"... Al final Takeshi Kitano crea en su historia una barrido por todo el arte contemporáneo... desde cuando se tienen sueños hasta cuando la contaminación de lo global se puede volver dañina cuando no hay buenas interpretaciones de lo vivido.
Aquiles pareciera no llegar jamás a alcanzar a la tortuga, como nuestros sueños que se van destiñendo por el sol que quema nuestros días... y en nuestro paso cada vez más lento vemos que las pocas cosas que nos quedan parecen convertirse en las más importantes... a esas trataré de enfocarme.
Saludos a todos.
Bonus Tracks
1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Aquiles y la tortuga en Wikipedia
4.- Trailer