Por Sergio Lodise
Sabemos que los muchachos de Estación Golf ya estaban en plena decadencia a principio de los años 20. Esto se puede notar siguiendo su campaña de partidos disputados como visitante.
El 16 de diciembre de 1923 visita a Urquiza y lo derrota 3 a 1, ninguno de los once players pudo imaginar que esa sería la última victoria en Primera División.
Un partido más de visitante juega esa temporada, con Argentinos Juniors, en el que logra un empate.
Durante el campeonato siguiente consigue sólo un empate y diez derrotas. La llegada de 1925 sólo aumenta los empates: tres, con otras diez derrotas. No cambia el panorama en 1926; en menos partidos disputados cae en siete oportunidades y empata los dos restantes. Loncan, Vivaldo y Cacopardo, algunas de sus figuras, no logran sacarlo del fondo.
La unificación del Fútbol en 1927 no fortalece a los blanquiazules, pues pierden los 17 partidos que juega fuera de su estadio.
La situación no cambia en el torneo posterior y en la misma cantidad de partidos que en el campeonato anterior, únicamente logra un empate.
Porteño desciende a la Primera B y como ya es costumbre sigue perdiendo cuando visita a sus rivales. Eso ocurre en los tres primeros partidos que juega en esa condición. Pero siempre hay un final para las rachas negativas y fue el Club Sportivo Acassuso, el 22 de septiembre de 1929, quien lo sufrió. Por esos años el club de Beccar era una institución en pleno crecimiento, y el viejo Porteño un equipo que gastaba sus últimos cartuchos en el fútbol oficial, en 1931 desaparece definitivamente de los torneos liguistas.
Rachas:
Entre el partido ganado en 1923 y la victoria de 1929, Porteño juega 72 encuentros, empata 8 y pierde 64. La mayor serie seguida de caídas la registra entre el 5 de septiembre de 1926 y el 26 de agosto de 1928: pierde 26 encuentros consecutivos. Convierte 72 goles y recibe 211. Si no es la peor debe andar cerca de ser la racha más negativa de un equipo en los Torneos de Primera A y B.
Un poco de historia
El 28 de julio de 1895 un grupo de argentinos descendientes de irlandeses decidieron fundar el “Club de fútbol Atlético Capital” luego de una reunión hípica desarrollada en el hipódromo argentino, oportunidad en que el “Potrillo Porteño” corriera y perdiera tan malamente. Unos meses después, el “Potrillo Porteño” volvía a correr y pese a tener todas las apuestas en su contra, este grupo de estudiantes, apostó por el potrillo, quién salió primero, ganando así el Gran Premio Nacional. De esa forma se retiraron los muchachos de la ventanilla con el dinero suficiente para dar rienda suelta a su sueño de club, y decidieron cambiar el nombre del Club Atlético Capital, por el de Club Atlético Porteño.
Desde su fundación, el Club busca formar un buen equipo y lograr un campo de deportes. Participa en los torneos de la Argentine Association Football League, predecesores de la hoy Asociación de Fútbol Argentino. Juega en segunda y en primera con variada suerte pero siendo siempre un protagonista destacado.
De 1916 a 1926 Porteño continúa en la Asociación Argentina de Football y de 1927/28 en la Asociación Amateur Argentina de Football. En 1929 Porteño cumplió, en 1ra. B, su única buena campaña de la década, siendo subcampeón detrás de Honor y Patria que ascendió a Primera. En 1930 también jugo en el ascenso (compartió la 19na. ubicación entre 21 participantes) y al año siguiente se desafilió en plena disputa de la Copa Competencia, tras jugar y perder 3 partidos, el último de ellos un 0-3 ante Alvear el 14 de junio, desafiliándose el 26 del mismo mes.
Con el advenimiento del profesionalismo, a poco de constituirse la liga profesional de Futbol en 1931, el Club Porteño solicitó su ingreso a la misma, pero la respuesta orgánica fue un NO rotundo. A la distancia, el solicitar la reafiliación a la Liga Profesional parece mas un gesto de desafío a la Asociación que una gestión seria, pues no debía escapar a sus dirigentes que sus posibilidades de ser aceptados era iguales a cero, además de tener en cuenta que en ese momento la Liga Profesional ya había disputado las 4 primeras fechas de su campeonato, por lo que resulta mas descabellada aún la pretensión de Porteño de ser admitido en sus filas.
Transcurridos 79 años de aquellos sucesos, quizás pueda interpretarse aquel rechazo como una forma de preservar la unidad entre las instituciones que tomaron tan delicada decisión. Hoy alguien pondría el grito en el cielo y diría que hubo "discriminación". Es bueno acotar que no sólo Porteño se quiso afiliar, también Banfield y All Boys lo hicieron. Es decir, ya después del primer mes, con la diferencia de recaudaciones entre una y otra Liga, varios clubes comenzaron el éxodo. Pero la Liga Profesional les cerró la puerta a todos.
Pensar en discriminación parece un poco fuerte, pero en realidad toda la gestación del profesionalismo oficial fue discriminatoria, pues los clubes poderosos decidieron a quienes asociar a su nuevo rumbo y a quienes dejar en el camino, a partir de consideraciones puramente crematísticas. Es mentira la romántica versión de la historia de muchos clubes chicos que dice que "optaron por el amateurismo". Sencillamente los poderosos los excluyeron, el profesionalismo los dejó de lado. El presidente de Defensores de Belgrano, Juan Pablo Barbera, por ejemplo, se reunió con el de Racing Julio Planisi en una gestión de última hora para no perder el tren de la historia. Cuando le preguntó a su colega académico cuales eran las condiciones para incorporarse a la naciente Liga, Planisi le contestó que ninguna, pues los integrantes de la nueva entidad ya estaban decididos.
Así y al igual que el Club Porteño, muchos de aquellos clubes que no se decidieron a tomar la gran decisión de abrazar el profesionalismo, con el tiempo fueron quedando en el camino y solo muy pocas lograron después reconvertirse y menos aún, llegar a la primera división.
Fuente:
Centro para la Investigación de la Historia del Fútbol (CIHF)