Jorge Sanitá llegó a Colón para formar parte del equipo que Ítalo Giménez y José Etchegoyen armaron en 1965 para conseguir el soñado ascenso a Primera División. Fue un hombre clave por ascendencia sobre el resto de sus compañeros, temperamento y capacidad, convirtiéndose en el único de los futbolistas que disputó los 44 partidos de la temporada.
Aquel glorioso equipo sabalero, integrado entre otros por Orlando José Medina Leites, Luis Tremonti, Raúl Cardozo, Alejo y Gisleno Medina, Néstor Juan Canevari, Sebastián Félix García, el Pulga Ríos y el Alfredo Domingo Obberti, mentor de aquella epopeya cristalizada un 14 de diciembre de 1965 en cancha de Atlanta ante Deportivo Español (día del ascenso) y coronada el 18 de Diciembre de 1965 en un repleto estadio del barrio Centenario (día de la consagración como campeón de la B ante Nueva Chicago), contó con la figura de Jorge Sanitá, transformado en el gran capitán con una fibra y calidad inquebrantable.
En 1968, se produjo una de las campañas más recordadas por aquellos tiempos. Fue el equipo de don Jim Lopes, que tuvo una brillante actuación en el Nacional de ese año. Con Sanitá otra vez como figura y caudillo, aparecían ilustres nombres como los de Tardivo, Jáuregui, Mareque, Lezcano, el Pato Colman, Lo Bello, el Mencho Balbuena, Can Can Ceballos y Orlando Medina, entre otros.
Sanitá había llegado a Colón procedente de Rosario Central y se fue de la entidad sabalera tras seis temporadas a jugar al fútbol cordobés. Allí, en la Docta, también se lo recuerda con mucho afecto y respeto. Pero su vida futbolística estuvo tan marcada a fuego por Colón, que regresó para afincarse en la ciudad y en Santo Tomé, siendo entrenador sabalero en varios momentos, sobre todo a fines de los '70 y principios de los '80.
Además, supo rodearse de buenos amigos que le dio el fútbol. Esto le permitió mantenerse siempre jovial y con los recuerdos a flor de piel. Decididamente, fue un hombre fundamental en la historia sabalera y así se lo debe recordar. Capitán en 1965, ganador y dueño de un temperamento que lo llevó a identificarse plenamente con la camiseta que amó. Desde el cielo, Jorge Omar Sanitá seguirá gritando goles sabaleros y alentando a que muchos como él sean tan dignos como lo fue, de ponerse la sangre y luto.
Un paro cardíaco terminó con su vida el 26 de Noviembre de 2012, pero la imagen y el recuerdo de todo Colón hacia la figura de Jorge Omar Sanitá permanecerá imborrable entre quienes lo vieron jugar o se enteraron de su enorme aporte como futbolista primero y como entrenador después. Había nacido el 13 de Marzo de 1940 en Fuentes, provincia de Santa Fe.
Fuente: Enrique Cruz (h)