Revista Arquitectura
…También los pintores y escultores con mentalidad científica vanguardista se consideran románticos diseñadores del futuro. Ya en 1917, en un ensayo titulado L´Esprit Nouveau (que influyó poderosamente en Le Corbusier), Guillaume Apollinaire, el apologista del cubismo, escribió: “El nuevo espíritu lucha para abrir nuevos panoramas hacia el exterior e interior del Universo que no serán inferiores a los que los científicos están descubriendo cada día, y de los que extraen tantas maravillas. Estas maravillas nos imponen el deber de no dejar sutilmente la imaginación y la poesía más atrás del nivel al que los artesanos mejoran una máquina.”. En otras palabras, igual que las máquinas nuevas constituyen ipso facto las máquinas más avanzadas, así el arte menos usual se convierte en el arte más avanzado expresando ideas que sólo serán explotadas por generaciones futuras, y usando formas cuyo “significado” sólo será ampliamente apreciado en años venideros. El artista, así, hasta cierto punto, adquiere el papel de un profeta; no interpretando lo que era, sino imaginando lo que será. Podemos ver otra vez cuán atractivas eran tales ideas para los arquitectos revolucionarios de los años veinte, los cuales, mientras imaginaban un nuevo mundo para sus contemporáneos, apreciaban que sus utopías no podían construirse en un día, y que, de hecho, estaban obligados a diseñar para generaciones por nacer, a pesar de los impacientes llamamientos de su propaganda a un cambio inmediato…
Peter Collins. Los Ideales de la Arquitectura Moderna, Su Evolución (1750-1950). Barcelona, 1970, Gustavo Gili.
Las imágenes corresponden a las obras de: Robert Mallet-Stevens, Villa Collinet[1926]- le corbusier,Villa cook [1926]- Louis Raymond Fischer, Villa Lubin[1929], (foto de RUAMPS) y el Abu Dhabi Peforming Arts de Zaha Hadid
Editado por el arq. Martín Lisnovsky