Revista Arquitectura

Apuntes sobre Koolhaas Houselife, Acevedo y la Ausencia de Violencia Rivas

Por Arqmarlis
Apuntes sobre Koolhaas Houselife, Acevedo y la Ausencia de Violencia RivasApuntes sobre Koolhaas Houselife, Acevedo y la Ausencia de Violencia RivasApuntes sobre Koolhaas Houselife, Acevedo y la Ausencia de Violencia RivasApuntes sobre Koolhaas Houselife, Acevedo y la Ausencia de Violencia Rivas
Tal como habíamos recomendado en marzo del año pasado (http://arquitecturamashistoria.blogspot.com/2009/03/actitud-y-caricatura-koolhaas-lleva-la.html), hemos visto el documental KOOLHAAS HOUSELIFE dedicado a la casa en Burdeos de Rem y sus OMA. Dirigido por Ila Bêka & Louise Lemoine y editado en el 2008, el mismo gira en torno a la figura de Guadalupe Acevedo, ama de llaves de la casa, al devenir de su vida cotidiana y a la relación entre el diseño y los problemas reales. Si bien Guadalupe demuestra ser una gran anfitriona y es efectivamente la encargada de llevar adelante el orden de la vivienda, con el correr de los minutos percibimos que la sangre de pato y la mirada desconcertante -típicas en corredoras de bolsa, administrativas de empresas belgas y odontólogas de prepaga- va llevando la película al fracaso. No nos consultaron, porque sin dudar hubiéramos propuesto el reemplazo por la gran artista multifacética Violencia Rivas, de gran personalidad y comprometida con los valores más puros de la humanidad. Creemos sinceramente que ese toque sutil habría elevado a un pequeño film en candidato al Oscar. Para los que desconozcan su amplia trayectoria , sólo como anticipo les diremos que algunas voces en Cambridge confirman la hipótesis del Lic. Saborido, aquél que señalara en la Sra Rivas actitudes Punk, mucho antes que la liturgia de los Sex Pistols. A continuación les dejamos algunas palabras que aparecieron en nuestra libreta de anotaciones, apuntes que quizás algún día les sirvan para algo…
Un mal comienzo.
Nos acercamos en el bus y nuestro guía anuncia que la casa ya forma parte del Inventario Extraordinario de Monumentos Históricos. Parece demasiado pronto, ya que todavía no se terminó de estabilizar su construcción, infiriendo una preocupación más turística que patrimonial…
Una casa sin llaves. No hay llaves, porque no hay una puerta principal. Es una lectura sobre la relación de la casa con el entorno y una valoración crítica hacia uno de los elementos más tradicionales en la historia de nuestra profesión: la puerta. Ventanales que recuerdan la Tugendhat de Mies (Brno, 1931) o las casas de Richard Neutra en el oeste norteamericano de la segunda posguerra, son accionados por un joystick que a su vez es la luminaria del atrio de acceso.
Sin el dueño. todo adquiere otra interpretación
La característica principal que la casa posee es el haber sido diseñada para una persona obligada a permanecer en sillas de ruedas gracias un accidente. Pero esta persona falleció hace pocos años, y estos requerimientos funcionales se convierten en un museo. Acevedo con profunda tristeza cuenta el corto lapso de los años de plena vida del hogar, y señala que ya nada es como antes. También el sentido primario de diseño ya no tiene razón de ser, ha perdido el alma.
El Jardín Francés.
A diferencia del paisajismo inglés, intuitivo, sorpresivo, la escuela francesa lo subordina a un orden claro, determinista. El patio de acceso, con la proporción de un claustro monacal, y la geometría del sendero vehicular dejando el centro perfecto y las esquinas disponibles para el césped. La geometría responde a la obligación de llegar con el automóvil, pero subordina y deja casi sin aire, como un garabato, las pocas dimensiones de verde. Tiene un aire al claustro reelaborado por Le Corbusier en La Tourette, pero nos iríamos por las ramas. Diseño vs Vida Cotidiana 1. Una escalera de servicio caracol, de dimensiones mínimas y detalles de diseño minimalistas. Guadalupe –generosa en dimensiones y en una edad que no es poca- debe subir por allí con la aspiradora, la escoba y el balde. Sobre la respuesta al programa diríamos que la escalera le quedó muy linda para la foto. La escena en cómo se arregla para subir con las cosas debería pasarse en las universidades el primer día de clase.
Diseño vs Vida Cotidiana 2.
Dos volúmenes separados por un pasillo, en el nivel superior. Ambas puertas abren para afuera, y se chocan entre sí. No hay baranda. Guadalupe con sus bártulos debe sortear otro problema. Me recuerda los primeros cortos de Chaplin. La clase del primer día deberá alargar su contenido.
Diseño vs Vida Cotidiana 3.
Por detrás de la biblioteca está la escalera principal. No hay barandas, y los límites lo marcan los propios libros. Los estantes no contienen los volúmenes mayores, que sobresalen. Estos chocan con los volúmenes de Guadalupe, que debe volver para atrás y recogerlos del piso. La clase se alarga. Más adelante relata algo similar con la plataforma del ascensor, que quedaba detenida ante cualquier libro desordenado. Comportamientos del Habitar. La escalera que lleva a la cava, y cuyo diseño así lo indica, está degradada por el paso del tiempo, que es relativamente breve. Al preferir la ventilación por sobre la protección contra el agua, la materialidad ha comenzado a ceder. Al no aparecer una solución alternativa, esta discordancia entre ambos mundos comienza a erosionar a ambos, económicamente.
La prueba de agua
Los problemas de humedad nunca abandonaron la vivienda. En una de las pruebas que se hacen, el agua comienza a brotar por sobre el televisor del estar de servicio. 3D hiperrealista. Como la complejidad constructiva se encuentra por detrás de la escenografía material del diseño –algo propio de la escuela del Mies, vía Alan Colquhoun -, la solución implica una amplia búsqueda primero del problema. Nada fácil, y como se ve, menos aquí.
La cocina Todo de hormigón. Muebles modulados sobre ruedas que se traban entre sí. Algunas sillas de estilo acompañan. Muy frío, minimalista. Guadalupe se queja, no comprende el porqué. Pero omite la comodidad del espacio y el baño de luz. Si nos remitimos a la primera cocina moderna, la Cocina de Frankfurt, diseñada en 1926 por la arquitecta austriaca Margarete Schütte-Lihotzky para el complejo de vivienda social Römerstadt del arquitecto Ernst May (la primera pensada para ser reproducido en serie), es en esencia tan fría como aquella.
El nivel de los dormitorios.
Un muro lleno de perforaciones circulares arbitrarias caracteriza a la planta superior. Con el efecto de la capilla de Ronchamp, heredero del viaje a Oriente de 1911, de las arquitecturas vernáculas, intuitivas, pero aquí “geométricamente desordenadas”. Hacia el final, un inmenso óculo gira sobre un eje central para dejar ver las visuales hacia la ciudad. Se acciona con una manivela propia de los automóviles antiguos. Otro óculo similar se encuentra en el patio de servicio. Es cómodo, divertido, original y funcional, aunque no se perciba una necesidad real sino meramente lúdica.
La casa de vidrio. La mecanización domina buena parte de los detalles de la casa, recordándonos a la Maison du Verre de Pierre Chareau y Bernard Bijvoet en París (1927-1932)
Una imagen desoladora. Comienza a llover. Detrás de los amplios ventanales comienzan a distribuirse los baldes. Llueve adentro. En la misma imagen se dejan ver fenólicos tapando el espacio de algunos vidrios, fisurados por las vibraciones de la casa. Nos cuentan que siempre ha sido así. El seguro cubre el daño económico, porque todavía no terminó el período de 10 años de gracia de la casa. Pero esto se está por terminar…
Ojo que tenían todo calculado.
Luego de mostrar las fallas reiterativas, el ama de llaves exclama: “¡Ojo que no la hicieron así nomás, tenían todo calculado!”
La atectonicidad moderna
. No hay muros, casi no hay columnas en la planta principal, abierta por completo al jardín posterior. Guadalupe no entiende cómo se sostiene, la casa no lo cuenta en su idioma, y señala que lo que sí parece una viga y una columna que sobresalen al exterior, es en realidad, un pleno de la instalación sanitaria. El volumen cilíndrico que parece sostener el inmenso plano superior, que brilla con su revestimiento de acero inoxidable, es la escalera. Su puerta abre como la de un lamborghini
Una Opacidad mentirosa.
En el atardecer una mujer despliega la cortina que se desliza por guías en el perímetro del estar. Dado el nivel lumínico del interior, la tela mantiene transparente las visuales desde el entorno pero dejan opacas la visuales desde el interior. Una rareza.
No nos une el amor sino el espanto
Luego de las quejas que Guadalupe va desarrollando en el paseo por la casa, cuenta una anécdota no menor: le decía a Úl que ella tenía dos terrenitos en España, y que podría recibir los planos de la casa para hacerla nuevamente allá. Después de todo, ella también se siente atraída por la casa, a pesar de las discordancias vividas con el uso.
Un final imprevisto
. Sin más, comienzan a correr los títulos. Mal final, como si no hubiera ninguna conclusión
Un final alternativo
. Podría ser que lleguen los hijos con un elefante pintado a lo hippie, que lo laven en la pileta mientras pasa un mozo borracho y el inconmensurable Peter Sellers intenta limpiarse el barro de sus zapatos blancos. Mas o menos como en la Fiesta Inolvidable de Blake Edwards
Otro final alternativo
. Allí es donde se luciría la sra. Violencia Rivas. En un duelo final, un debate candente y feroz que enfrente a la famosa artista con el arquitecto Rem Koolhaas. Nuestro amigo se explayaría sobre las teorías contemporáneas, las mutaciones, las posibilidades de una revisión crítica hacia lo moderno. E imaginamos la respuesta potente, llena de observaciones hacia geografías corporales y materialidades alternativas, con la potencia de sus ánimos, figurando un nuevo eclipse de la historia para la arquitectura que ni el propio Fukuyama hubiera imaginado. Para imaginar este duelo utópico, les dejamos un link demostrativo de la impetuosidad y crudeza de la cantante argentina: http://www.youtube.com/watch?v=crICEuvnoOM

Editado por el arq. Martín Lisnovsky

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