Parte de sentirme mejor este año es empezar a hacer cosas por amor otra vez, y eso no significa dejar de trabajar(y de comer) sino dejar de priorizar obligaciones y salir a hacer cosas porque si, porque quiero sentirme bien y feliz y no vivir en la vorágine del pozo depresivo. Para explicar por que subo un montón de fotos en un blog que no se trata ni un poco sobre mi trabajo, voy a linkear (again) a cierto post que fue la explosión de un montón de cosas y un vomito verbal que el día de hoy solo yo entiendo completamente, o sea este.
En algún momento del año pasado sucedió esta ruptura interna que me dejo completamente desahuciada y, cuando empece a analizar la situación y a buscar el punto exacto donde se quebró todo, me di cuenta de dos cosas: la primera fue que llevaba mucho tiempo sin hacer cosas para llenarme el pecho de emocion o reirme o simplemente disfrutar. La segunda es que no tengo ni puta idea quien soy o que quiero pero para escribir sobre esa necesito todavía más terapia y tiempo así que se quedaran con las ganas.
Parte de las cosas que me plantee este año fue intentar ocupar mi tiempo con cosas que no sean obligaciones (además de las obligaciones, claro esta) y en uno de mis intentos por sentirme como yo otra vez hable con Araceli, a quien le saque fotos anteriormente, y terminamos yendo un ratito a la playa a sacar estas fotos solo por eso: el disfrute, sentarme en la arena con la camara y fotografiar a una persona muy linda y con mucha onda.
Y ese día me sentí feliz.