«…pueblos a través de sus protagonistas ancestrales que van desapareciendo. Vivimos en un mundo globalizado y rara vez nos detenemos a mirar atrás y esa observación es dramática porque parte de lo que queda atrás son nuestros abuelos, nuestros antepasados… y gente que queda viva y gente que ya se ha ido pero que han dejado huella de su presencia y de su paso.»
Reseña escrita por Maudy Ventosa.
Estamos en Euskal Etxea, de la calle Jovellanos de Madrid, donde muchos amigos y familiares acompañan a Álvaro Bermejo y Joseba Urretavizcaya en la presentación del Libro ARALAR. Artzain eta Jentilak / Pastores y gentiles. Y no han venido solo por la estupenda degustación de quesos artesanales y otros productos de la zona que hay después –me dice una asistente en el tercer vino que ella es de hocico fino lo que significa que están exquisitos- , sino porque se trata de un reencuentro con la tradición. Con orgullosos artzain vestidos de gala, que saben que pueden ser los últimos…
Tengo en mis manos un libro grande, cuidado, precioso. Una joya, ilustrada con fotos excelentes en blanco y negro que nos sugieren otra época, una forma de hacer antigua que dura miles de años pero que es la misma de ahora; de algo que se acaba sin remedio pero si con mucho dolor… porque no hay futuro. Es una edición bilingüe en español y euskera, y es el primer número de la colección Origen, de la editorial “Xibarit”.
Para Álvaro, la Sierra de Aralar es el epicentro geográfico, sentimental, emocional de Euskalerria, que está en una encrucijada especialmente significativa, es un espacio realmente mágico, un lugar de poder, un lugar de misterios… y allí empieza esta historia acompañado de Joseba que lo inmortaliza con su cámara, porque allí es donde ha vivido gente desde hace milenios… y donde encontró a Txomin Otermin y visitó su casa, su baserri que tiene nombre propio: Martinena Baserria, del S. XV, que luce en la fachada un blasón con su escudo de armas en piedra. Y junto al portalón de chapa, un eguzkilore –flor de sol- para ahuyentar con su luz los malos espíritus y otros peligros, y una chapa del sagrado Corazón.
Txomin murió hace unos meses y Álvaro se emociona al recordarlo; era un hombre muy respetado en la zona; con todo lo que significa ganarse el respeto de otros pastores, le cuentan Miguel Saralegui (Ulamberri), Bernardini Estanga (Txorro) y su hermano Miguel… era un hombre de mirada fija y espalda recta que meditaba cada palabra cuando hablaba. Sus manos nos cuentan una vida muy dura… de sus silencios yo aprendí a escuchar, que tuvo que emigran a Arizona cuando aún no tenía rebaño propio ni había visto nunca el mar. Aislado, cuidando de un rebaño muy grande y acompañado solo de sus recuerdos y alguna carta que le llegó de las hermanas, fue capaz de no enloquecer, hacerse con un poco de dinero y volver a su tierra a apacentar su propio rebaño de ovejas lachas, ciento cuarenta, a las que conocía por su cara y su nombre y ordeñaba en cuchillas… Eran su mundo, su pueblo. Su vida. ¿Las ovejas llegaron a estos montes a la vez que los vascos? waskuos o baskunes: los altos o los orgullosos… es posible, pero de eso hace ya muchos años…
Como dice Eduardo Martínez de Pisón -Premio Nacional de Medio Ambiente- iniciando el libro, titulando su prólogo “El valle de los pastos”… es un viaje al silencio… lugares retirados de hayedos y nieblas… paisajes hechos por pastores, pero recobrado por la literatura y por el arte. Poesía con ovejas y majadas… Canto a una vida que viene de un pasado lejano como una luz…
Y como recuerda Álvaro que decía Oteiza, yo remo hacia adelante pero miro hacia atrás. ¡Que no nos lo cuente los de fuera, porque es nuestro y no podemos consentir que se pierda!.
¡¡Enhorabuena!!, estoy feliz con mi libro número 89 de 500. La historia ya es mía, y así la siento.
El autor:
Álvaro Bermejo Marcos (San Sebastián de 1959) Escritor y periodista, licenciado en Historia y Antropología por la Universidad Autónoma de Barcelona. Autor de cuentos y relatos, obras de teatro, libros de viaje, novelas…Entre sus publicaciones están: La piedra imán, premio Ateneo de Sevilla en 2001; El evangelio del Tíbet, que volvió a ganar el premio en la modalidad de Novela Histórica en 2008; y El Laberinto de la Atlántida, que recibió el premio Internacional Luis Berenguer en 2009.
Como complemento pongo un vídeo grabado por Maudy Ventosa durante la presentación del libro.