El idolatrado inversor Warren Buffett avisa a los directivos de que la moda de creación de valor por la vía de comprar empresas cuyo precio responda a un multiplicador de EBITDA menor que el de la compañía compradora, puede provocar "espejismos".
Puede justificar que se compren empresas sin fijarse en el valor real de las mismas, en el valor real que pueden aportar a la empresa compradora.
Hay que analizar por qué su multiplicador es menor que el de la compradora, y cómo se compara con la media del sector y del mercado. Hay que cuestionarse si se debe a deficiencias que no se perciben a simple vista.
El verdadero valor real de una empresa no se calcula con una simple multiplicación de EBITDA, sino por el análisis en profundidad de sus expectativas de retorno del capital en los ejercicios futuros, de la volatilidad de ese retorno y en definitiva del riesgo que debe asumir un inversor cuando entra en su capital. Esa es la verdadera prueba del 9 a la que hay que someter cualquier valoración.