Partido de fútbol INFANTIL entre el Paradinyes y AEM en Lleida y un colegiado tuvo la desgraciada ocurrencia de expulsar a un niño sin consultar previamente a su mamá, debió hacerlo ya que se encontraba presenciando el encuentro. Esta falta de respeto del árbitro supuso que la señora (presunta) se le acercase al finalizar y le atizase una merecida bofetada al que no permitió que su nene jugase todo el tiempo, aunque al parecer fue en el último minuto (la expulsión).El árbitro no pareció encajar bien el "consejo" y además de redactar lo sucedido en el Acta, denunció ante los Mossos a la señora mamá que supuestamente tuvo un "momento caliente", aunque como ya suele ser habitual en estas situaciones, el equipo del que agrede lo niega aunque reconozca que la mamá se disculpó. La mujer sigue teniendo cada vez mas protagonismo desde la grada y no siempre en el sentido positivo, pero mejor le indicaré a mis dedos que se queden en su sitio no vaya a ser que les acusen de machistas y es que en verdad, el mismo "derecho" tiene a agredir la mujer que el hombre. Recuerdo una historia de cuando comenzaban las gradas a sonar distinto, con esas agradables melodías que suelen escucharse cuando se forma un grupo que parece un coro de ángeles y además tienes la suerte de que este actúa tras el banquillo que te tocó en suerte. Aquella lluviosa tarde el árbitro recibía sin merecerlo un gran homenaje, música elevada y letras que no tengo el valor de reproducir, pero quiso el destino que el duro balón mojado impactase en la cara de un niño muy pequeño abandonado a su suerte por su cantarina mamá, el papá en el bar... se supone. Creo que me salió por la boca toda la tensión que tenía acumulada ante una música y letras que no soporto y algo tan fuerte debí decirles que incluso me aplaudió parte de la grada...raro pero así fue. Ha pasado ya mucho tiempo... y todo parece ir a peor.
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