Semana movida en el apartado de sucesos, agresiones intentos de.. y demás muestras de la cultura patria. En esta noticia de La Gaceta de Salamanca se puede leer que unas cien personas ? persiguieron a otra con las intenciones que se suponen, en lugares presuntamente civilizados. Leyendo el texto referido: "cerca de un centenar de personas se avalanzaron sobre él enfurecidos por su actuación" todos llegamos a la conclusión aun sin leer la noticia de que el objeto de deseo animal de los enfurecidos paleto/as, tiene que ser un árbitro. Es curioso que tal y como van las cosas en este país de chorizos, aun siga siendo el árbitro el desahogo de todas las penas y al que llaman "ladrón" los ladradores habituales.
Sería mas consecuente con la realidad el leer que "cien personas persiguieron y se avalanzaron sobre el alcalde -concejal también vale- , le introdujeron la cabeza en el pilón del pueblo hasta que confesó donde estaba el dinero robado a los vecinos." esto lo entendería incluso un pacifista. Pero es que raramente sucede, al político chorizo -ya no es preciso decir presunto- los paletos/as le aplauden en la plaza del pueblo aunque les robe las "partidas para el destinadas", al árbitro si pueden le cuelgan del palo mas alto. ¿Cosas de Gila?...pues no, Spain, Jaliza, tu pueblo o el mio.
El encuentro entre el Peñaranda y el Huracán Z, disputado este domingo en el Luis García, acabó con un deplorable espectáculo. Después de pitar el final del encuentro, el colegiado (Óscar Alonso Merino, del colegio zamorano) vio cómo cerca de un centenar de seguidores del conjunto salmantino se avalanzaron sobre él enfurecidos por su actuación, pues Alonso Merino había decretado un penalti en el minuto 86 en contra del Peñaranda cuando, segundos antes, no había señalado uno claro a favor de los charros. Ese penalti dio lugar al 0-1 definitivo.
De este centenar de aficionados, dos consiguieron agredirle propinándole una patada y dándole empujones en pecho y espalda. El árbitro lo reflejó en el acta de la siguiente forma: "Una vez finalizado el encuentro, cuando recorríamos el trayecto desde el terreno de juego al vestuario arbitral, gran cantidad de público (aproximadamente 150 personas (sic)) se avalanzaron hacia nosotros con intención de agredirnos, consiguiendo dos personas, que no pudieron ser identificadas, propinar una patada en la pierna derecha y fuertes empujones en el pecho y en la espalda en el árbitro Óscar Alonso Merino".
El colegiado precisó: "No causando (las agresiones) lesión aparente, pero sí un fuerte dolor en la pierna derecha". Alonso Merino, eso sí, mostró su agradecimiento por la actitud del Peñaranda: "El delegado de campo, Carlos Marcos Herrero, nos ayudó en todo lo posible dentro de lo que pudo".Futbol Base y mas