Fernanda Colombo corre la banda como cualquier otro juez de línea y acostumbra a pitar algún fuera de juego que no lo es y, a la inversa, se olvida de otros muy evidentes para el público. Las crónicas, sin embargo, no se detienen tanto en los errores de esta deportista brasileña como en su melena rubia y sus largas piernas. Fernanda se equivoca como cualquier otro linier, más de lo razonable, diría yo, pero no es un problema personal, todos los jueces de línea son un poco torpes a los ojos del espectador.
La joven es noticia, cuenta El Correo, porque ha provocado las iras el director futbolístico del Cruzeiro, Alexandre Mattos, que no es partidario de los fueras de juego a falta de cuatro minutos para el final cuando la ocasión de gol es evidente. “Si ella es bonita, es mejor que vaya a posar para Playboy porque en el fútbol tiene que mostrar servicio. Ella no está preparada, las personas le gritan y ella se equivoca”, argumentó el directivo, según consta en una traducción que se adivina poco acertada. Mattos sabrá mucho de fútbol pero ve los fueras de juego con la entrepierna, y lo hace con miopía testicular porque no se percata del atractivos de los jueces de línea masculinos, que también podrían posar para una revista.
Un curso de reciclaje es el castigo que le ha caído a Fernanda por lucir palmito a sus 23 años. Curioso en un país que hace del culto al cuerpo y del fútbol dos de sus obsesiones. Las mujeres árbitro abundan en Brasil y los gestos machistas también. Hace unos días, el entrenador Celso Texeira acabó expulsado del campo por la policía militar, dicen que por piropear a la juez de línea Maira Labes. Lástima que la temperatura no acompañe porque para evitar todos estos males, lo apropiado sería que jueces y juezas de línea saltaran al campo enfundados en un burka. Se evitarían discriminaciones por razón de sexo y algunos improperios que la grada acostumbra a lanzar apoyándose en las características físicas de árbitros y linieres, ya no habrá gordos o flacos, rubios o morenos, hombre o mujeres, adefesios o macizos… Todos igual de inútiles en el juicio del fuera de juego y con semejante indumentaria será más fácil justificar los errores. “No he visto el penalti, me ha molestado el burka”.