Revista Talentos
Hace unos días, la víspera de la vuelta al cole, nos fuimos los cuatro de paseo al parque que tenemos cerca de casa. En el lago estuvimos observando a los renacuajos y patos, se estaba fenomenal. Cuando ya nos íbamos LittleAna, como siempre, dijo que quería coger hojas y piedras para llevar a casa.
Al principio, esta afición por llenarse los bolsillos de "pedacitos de la naturaleza" me parecía muy bucólica pero todo tiene un límite y he acabado por soltar un bufido cada vez que me pide que la espere para que pueda seleccionar qué llevarse del parque.
Me siento fatal cada vez que regateo con Ana qué subir y qué no a casa así que esta vez participé con ella en la elección de hojas y le dije que tenía un plan ¡qué carita de ilusión!.
La manualidad es de lo más sencilla y para realizarla sólo necesitáis hojas, papel y tinta (nosotras utilizamos tinta para sellos pero con unas temperas poco aguadas funciona igual de bien). Como extra unos rotuladores para darle el toque final.
Lo primero que hicimos fue, sobre un papel sucio, impregnar el envés de la hoja con la tinta (en nuestro caso de color negro). A LittleAna le encantó el proceso porque es muy de guarrear... esto de pintar hojas no se hace todos los días.
A continuación, como ya imaginaréis, estampamos la hoja sobre el papel y con las manos ejercemos fuerza para que las venas de la hoja queden bien marcadas una vez la retiremos. ¡Mirad qué bien le quedó a Ana a la primera!.
A mi chica le hizo mucha ilusión, le sorprendió el resultado... cuando dijo ese: -¡Hala mamá!- supe que no se esperaba lo que iba a conseguir. Eso me encanta ¡qué ingenuidad!.
Por último seleccionamos rotuladores de diferentes verdes y le comenté que, si hacíamos puntitos, parecerían las hojas de las ramas. En este punto la ayudé porque se le hacía eterno cubrir todo el árbol.
¿Qué os parece el resultado? A mi me encanta. LittleAna siguió experimentando y se flipó bastante estampando sin parar. Llegó un punto en que aquello parecía un bosque nevado (porque pasaba de poner hojas así que todo eran blancos, negros y grises), la pena es que no pude fotografiarlo pero creo que os lo podéis imaginar.
La siguiente foto me encanta, queda muy bonito: la hoja y el dibujo enfrentados.
El título de este post lo dice bien claro ¡una actividad sin excusas!. Este post quiero dedicárselo a la bloguera más festivalera que conozco (veterana runner, de cuando simplemente se decía ¡salgo a correr!, y súper fotógrafa), he leído en su último post que se propone hacer manualidades en familia y aquí estoy yo para proponer ideas bien fáciles y molonas, además... compartimos parque así que las hojas son las mismas ¡no tienes escapatorias Mrs. Con ojos de canica!
Hasta aquí por hoy ¡anímense y a pasarlo pipa con muy poco!
See you later alligator!