Árboles, España 2013

No cabía imaginar un final mejor para este mes tan especial de febrero: la declaración de amor al cine más radical, sin límites temporales ni geográficos, y rechazadas todas las convenciones habituales, que firma el Colectivo Los hijos (Javier Fernández Vázquez, Luis López Carrasco y Natalia Marín Sancho), con sangre, sudor e imágenes, en su último y mejor trabajo, Árboles.  Digámoslo alto y claro, hace décadas que no se estaba haciendo un cine tan interesante, arriesgado y vanguardista en España. Propuestas increíblemente inteligentes, puestas en escena elaboradísimas, guiones trabajados hasta el desaliento y fotografía a enmarcar de por vida. El cine de autor español conquista los festivales de medio mundo, sin ningún tipo de ayuda, y es ignorado (como es tradición en un país que crea refranes como el de “nadie es profeta en su tierra”) casi por completo, en territorio nacional. Menos mal que aún queda la valentía y el coraje de los que, cada vez más numerosos (todo hay que decirlo), defienden lo mejor de nuestra cinematografía. Luego pondremos nombre y apellidos.Los Hijos han creado con Árboles una película hipnótica del principio al final. Desde su escena inicial, en un sugestivo blanco y negro, de una mujer que escuche, hasta el inesperado, sorprendente y fantástico cierre narrativo. Desde el punto de vista argumental la película propone un prólogo y cinco capítulos que, evidentemente, partiendo de historias de Guinea Ecuatorial, la antigua colonia española en el África subsahariana, se conectan con el presente, con una lucidez y rigor raramente visto en las pantallas.La historia del cura, amable y calurosamente acogido en una aldea de nativos bubis, que cuando se despierta descubre que se ha quedado solo en el pueblo, que todos sus habitantes han desaparecido, incluso parte de sus casas, intriga al espectador y se relaciona sutilmente con las referencias a Poltergeist, que aparecen más tarde.Junto a estas narraciones o cuentos populares sobre el pasado colonial, en un color saturado por la luz, se une la realidad actual de una ciudad dormitorio y sus habitantes que, como los antiguos esclavos, luchan por sobrevivir. Una mirada inteligente y una brillante tesis sobre la crisis actual, que sorprenderá a muchos y molestará a bastantes (sobre todo a los que la han provocado, aunque pensándolo bien, éstos no irán a verla porque consideran nuestro cine de mala calidad). Sólo la sutileza, creatividad y desbordante imaginación de este colectivo puede hilar tan fino, enlazando escritos de 1778, leyendas coloniales, películas fantásticas y análisis social y económico actual, con un inesperado tratamiento del sonido, para dar sentido a esta explosiva mezcla. Habrá que aferrarse firmemente a las pocas cuerdas que nos quedan para no dejarnos devorar por esta situación. Cuanto más me acuerdo de los padres, más me gustan Los hijos.Gracias a algunos valientes, haberlos haylos, vamos a poder descubrir no sólo ésta sino todo la producción de Los Hijos. El festival 3XDOC, durante todo el mes de marzo, nos ofrecerá la oportunidad de disfrutar de grandísimos descubrimientos, gracias a Andrea Guzmán, la Agustina de Aragón del cine documental y un reducido pero motivadísimo equipo, que con su asociación DOCMA, han logrado que este Festival se convierta en uno de los platos fuertes y más exquisitos del año cinematográfico. Buen festival a todos/as.