Los años 70 vieron nacer la industria del videojuego, y podríamos decir que el parto se hizo máquina recreativa. Aunque durante esta misma década nacían también las primeras videoconsolas, con la Atari VCS 2600 a la cabeza, era en el mercado de los arcade donde estaba puesto el foco y donde de verdad se innovaba.
¿Cuándo fue la última vez que pisaste un lugar así?
Fue en los 70 también donde se empezaron a desarrollar también lugares dedicados exclusivamente a albergar las grandes, pesadas y caras máquinas de videojuegos, los salones arcade o “recres”. Durante los 70, los 80 e incluso primeros 90, estos salones eran “lo más” en videojuegos, el canon en el que inspirarse y al que toda máquina doméstica quería parecerse.
Pero en la segunda mitad de los 90, con el auge de las consolas de 32 bits con la PSX de Sony a la cabeza, comenzó el rápido declive que acabó definitivamente con la desaparición de los recreativos en Occidente, perdiéndose su recuerdo como lágrimas en la lluvia…
Lo bueno de un buen arcade es que cualquiera puede disfrutar de él.
Y cuando decimos cualquiera es cualquiera.
Sin embargo, para las generaciones que vivieron aquellos años los arcades eran algo más que simples lugares de ocio, eran toda una forma de vida que orbitaba en torno a los recreativos y a sus juegos, y por ello están surgiendo iniciativas para devolver a la vida lo mejor de aquellos tiempos.
Dispuestos a tomar el pulso a una de estas iniciativas, desde RetroManiac viajamos a Petrer, provincia de Alicante, para acudir a la primera Arcade Con, un evento organizado por la asociación Arcade Vintage donde treinta amantes de los videojuegos en general y los arcades en particular, pudimos congregarnos durante todo un fin de semana para intercambiar conocimientos, impresiones y anécdotas, amén de poder probar tanto viejas glorias videojueguiles como máquinas de nuevo cuño.
Aunque como asociación Arcade Vintage es bastante reciente -su creación oficial data del 2014- posee una impresionante colección de máquinas -muchas de ellas con su mueble original, como ese Out Run desde el que Gryzor87 dio buenas muestras de cómo pasárselo con cinco duros…- así como la adaptación a arcade de títulos recientes que recogen la esencia de este tipo de juegos como el Maldita Castilla y Donkey Me de Locomalito y Gryzor87 o el Vortex Attack de KaleidoGames -cuyo fundador, Jaime Domínguez, también estuvo presente en la Arcade Con.
Jaime Dominguez firmando la recreativa hecha para jugar a su Vortex Attack.
Entrar de hecho en el salón que pone a disposición de los socios Arcade Vintage -y del público en general dos o tres veces al mes- es como entrar en una especie de cápsula del tiempo en la que poder viajar durante algunas horas a los viejos buenos tiempos de los 80.
Sin embargo, los tiempos han cambiado, y ellos lo saben. El mundo del videojuego ha evolucionado hacia una forma de jugar pausada, lenta y benevolente con el jugador donde el juego ya no le reta sino que le acompaña de la mano por una historia creciente en profundidad pero cada vez menos desafiante.
¿Qué fue de las partidas rápidas, cortas y frenéticas? ¿A dónde quedaron los virtuosos del joystick? ¿Ya no queda nadie capaz de apreciar las virtudes de un buen matamarcianos?
Waka waka waka waka waka waka waka...
En absoluto, y es en eventos como la Arcade Con donde se demuestra que, para los que amamos los videojuegos, son realmente necesarios. Es ahí donde se ve que lo que dejó obsoleto la PSX, lo que murió en los 90 con los salones arcade, fue el modelo de negocio que había acompañado desde siempre a los recreativos, no la esencia de los juegos que en ellos había. Si alguien tiene alguna duda de esto sólo tiene que echarle un vistazo a los mayores éxitos de los móviles y verá que se parecen mucho más a los clásicos arcade que a los nuevos triple-A. Y no sólo es algo que se ve en los móviles, también muchos estudios indies han comprendido, aunque sigamos teniendo la mayoría de los focos centrados en las virguerías técnicas de todos los refritos triple-A que nos inunda la industria cada año.
Pero reflexiones aparte, ¿qué fue lo que tenía preparado para nosotros Arcade Vintage con su primera Arcade Con?.
Las charlas estaban escogidas para mostrar distintas facetas del mundo y cultura arcade.
Todas fueron de gran nivel.
Salvo el torneo de videojuegos -donde quedé el penúltimo, creo. El “creo” es porque preferí no confirmarlo…- todas las actividades se desarrollaron en La Finca Ferrusa en Petrer, un albergue propiedad del ayuntamiento del que pudimos disponer durante todo el fin de semana.
El viernes, puesto que había gente que no podía venir ese primer día, apenas contenía unas pinceladas de lo que nos esperaría el sábado, el día fuerte. Todo se resumió en una toma de contacto entre los asistentes para conocernos, una cena un poco improvisada y el visionado de un vídeo presentación de la asociación Arcade Vintage. Y para terminar el día, por petición popular, pudimos ver la película Kung Fury que había salido justo el día anterior, la mejor media hora que recuerdo haber pasado vestido en mucho tiempo...
Si echas de menos los matamarcianos frenéticos estás de enhorabuena: Vortex Attack es adrenalina pura.
Pero, como decía, lo bueno vendría al día siguiente, el sábado. Dado que se intentaban hacer muchas cosas en demasiado poco tiempo, por la mañana hubo que elegir entre la charla impartida por Octavio sobre la historia de las máquinas arcade y un taller de restauración de máquinas de Rafael Alonso. En mi caso escogí la charla, pues de siempre me ha encantado la historia de los videojuegos, y debo decir que me resultó realmente interesante, muy trabajada y muy bien contada.
Posteriormente, antes de irnos a comer, Locomalito y Gryzor87 nos obsequiaron con una nueva charla sobre los juegos arcade en el presente. Dieron totalmente en el clavo con sus comentarios y apreciaciones, poniendo en muchas ocasiones palabras a sentimientos e ideas que cualquiera al que guste este tipo de juegos tiene. Quizá uno de los puntos más ilustrativos de este tipo de juegos en comparación con los grandes títulos actuales vino con el vídeo de una partida de un juego de acción actual -más o menos- con uno de antaño. El actual, Gears of War 2. El de antaño, Contra. En una parte de la pantalla veíamos al jugador de Contra, en la otra al de Gears of War. Empieza la partida, y al poco de pasar los 5 minutos el jugador de Contra se había pasado el juego, matado cientos de enemigos -no recuerdo la cifra, pero me suena que por encima de los 300- y pasados todos los niveles, mientras que el jugador de Gears of War no había pasado del tutorial, había matado dos enemigos y estaba persiguiendo al tercero. Que cada cual saque sus propias conclusiones.
No sólo de contenidos de Arcade Vintage se nutrieron las charlas,
aquí Locomalito y Gryzor87 dando su visión de la actualidad arcade.
Después de reponer fuerzas fue el turno de Jaime, de Kaleido Games, el cual había sacado a la venta sólo unos días antes su Vortex Attack y nos contó un poco de dónde surgió el juego, de qué juegos había venido su inspiración y múltiples anécdotas y detalles sobre el desarrollo del juego.
Luego llegaría el turno de Paturlas, uno de los integrantes de Arcade Vintage y que nos contaría un poco todo un cúmulo de anécdotas y vivencias de su dilatada vida en los recreativos.
Y después de Paturlas llegó el momento de medir nuestra habilidad arcade en el torneo… en el que servidor lo hizo espectacularmente mal. Ocho eran los juegos que componían el reto, el Galaxian -me mataron en el segundo nivel-, el Pac-Man -creo que me llegué a la tercera pantalla-, Hyper Olympic -horrible… con lo bueno que era de niño en ese juego…-, Asteroids -unos 2.000 puntos, creo recordar-, Maldita Castilla -me mató el gusano todas las vidas. Creo que si no soy el último es por este...-, Vortex Attack -realmente era mi primera partida y hasta la última vida no supe para lo que servían los triángulos blancos… pese a que Jaime nos lo había explicado unas horas antes…- y Donkey Me -para no variar, no me pasé ni el primer nivel-. Lo único bueno que puedo decir de mi “actuación” es que no fui el último en ningún juego, aunque fui el penúltimo en varios…
Locomalito y Gryzor87 no fueron menos que Jaime y también firmaron la recreativa de Maldita Castilla, por supuesto.
Tras terminar todos las distintas pruebas del torneo y disfrutar un poco más de los distintas máquinas que había disponible en el local, volvimos a la finca a cenar y después llegó la hora de la entrega de los premios del torneo. Después me gustaría decir que hubo una bacanal de sexo, drogas y rock&chiptunes, pero la fiesta fue bastante corta ya que el día había sido muy intenso y aún nos quedaba una jornada más…
Ya finalmente el domingo, después del desayuno pudimos nuevamente escoger entre el visionado del documental The Video Craze, subtitulado al español por Octavio, o asistir al taller de creación de nuestra propia máquina arcade, impartido por Elarcadio.
No todo es jugar, un arcade también necesita mantenimiento. Suerte que contamos con auténticos expertos...
Puesto que ya era domingo y muchos asistentes venían de bastante lejos, poco a poco nos fuimos despidiendo, algunos después de estas últimas charlas y otros después de la sabrosa barbacoa con que nos obsequiaron nuestros anfitriones de Arcade Vintage.
Y bien, después de estos dos días de la Arcade Con, de estas charlas y estas compañías, ¿cuál podría ser la conclusión? Quizá la mía ya la he expresado anteriormente, que los viejos rockeros nunca mueren y que los juegos arcade tampoco. No importa hacia dónde evolucione la industria, pues siempre habrá quien, contemplando un mueble del Space Invaders, quiera probar su habilidad una y otra vez. Y otra vez más. Y otra más. Y superarse a sí mismo. O a sus amigos. O a los desconocidos que puedan pasar por allí también. Porque la competición y el afán de superación está en la naturaleza humana. Y porque, aunque sólo sea de vez en cuando, necesitamos olvidarnos de complejos guiones, de gráficos fotorrealistas y de grandes bandas sonoras orquestadas y volver a los orígenes de todo esto, a la simpleza de unos pocos píxeles que miden tu habilidad y/o ingenio, y que en una partida que sólo ha durado unos pocos minutos o incluso sólo unos cuantos segundos hayamos descargado más adrenalina que en varias horas de un Batman moderno.
¡Grandes!
Así que, tras haber participado en la primera Arcade Con, sólo queda dar las gracias a Arcade Vintage por ayudar a recordar qué grandes eran los clásicos, qué grandes son los videojuegos. ¡Gracias!
Visita la web de Arcade Vintage
Por: Vampirro