Revista Cultura y Ocio

Arcade Fire - The Suburbs (2010)

Por Abacab @DMRblog

Arcade Fire - The Suburbs (2010)

Tenía pensado ya desde hace mucho mucho tiempo hablarles de esta banda canadiense, que no son un estilo de banda pop/rock tradicional al uso, debido a la cantidad y tipología de instrumentos que utilizan y también al carácter de sus canciones. Arcade Fire son una rara ave dentro del panorama musical internacional, que sin traicionar sus principios, han conseguido crear una interesante legión de seguidores a lo largo del mundo, que entre otras cosas les permite atreverse con el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid, como recinto para su fecha en la capital dentro de su gira el próximo 20 de noviembre.
Debido a la cercanía de ese concierto, llevo varias semanas metiéndome en el universo de Arcade Fire, recuperando sus 2 primeros discos e interiorizando el nuevo trabajo de título “The Suburbs”. Aunque en su día, cuando comencé a discurrir de qué forma aparecerían Arcade Fire en el blog, apostaba por hablar de su disco de debut, el aplaudido “Funeral” de 2004, a última hora he decidido apostar nuevamente por la actualidad y presentarles lo que ha sido su nueva entrega editada el pasado mes de agosto.
Poniéndonos en antecedentes, hay que decir que Arcade Fire comenzaron su andadura a comienzos de década y que la banda está comandada principalmente por la pareja compuesta por los músicos y cantantes Win Butler y Régine Chassagne, que a la sazón son pareja sentimental. El grupo se compone de muchos más componentes, superando la media docena de miembros oficiales; éste es otro aspecto poco común en las bandas pop. De esta forma, el grupo en escena se puede asemejar a unos Talking Heads de la gira del disco “Speaking In Tongues”, y ya de paso señalamos que el vínculo con la banda liderada por David Byrne en su día es mayor al haber dispuesto alguna vez de la colaboración de dicha eminencia del mundo musical.
“Funeral” fue un disco que buscó revolucionar el mundo de la música. Y en gran parte lo consiguió, ya que mezclaba elementos clásicos y otros poco comunes en el rock y pop, como la introducción de violines o incluso acordeones. Este trabajo está considerado como una de las mejores obras de la primera década de siglo y milenio e hizo que músicos como el líder de Coldplay Chris Martin bebiera los vientos por ellos (en teoría gracias a Julián Ruiz, que fue quien se los descubrió).
Pasarían 3 años hasta que “Neon Bible” hiciera acto de presencia. Es un buen trabajo, de corte menos épico en general que el que tiene “Funeral”, pero con auténticos himnos como la canción que lo titula, “No cars go”, “Keep the car running” (supongo que en homenaje a Luís Moya y Carlos Sainz) e “Intervention”, siendo esta última la que más nos podría recordar al primer disco de la banda. No es que ni “Funeral” ni “Neon Bible” sea ninguno de los 2 ejemplos de inmediatez musical, pero “Neon Bible” es más agreste a la hora de acceder al mismo; al menos “Funeral”, por la contundencia y la fuerte carga emocional de sus composiciones, llamaba más la atención de primeras escuchas. En todo caso, “Neon Bible” a la larga también termina por agradar. Ya al menos aquí vemos un enfoque distinto en sus 2 primeras obras.
También he de reconocer que “Neon Bible” es un disco que en su día conseguí, pero que quizás debido a su menor inmediatez escuché unas 3 veces, dejándolo en barbecho hasta el día de hoy. Es el disco que tengo menos asimilado y fundamento la idea de darle tiempo y escuchas en el hecho de que a día de hoy voy encontrándole cada día más bondades. Arcade Fire vinieron en su día a tocar al Summercase, extinto festival, y se olvidaron de concierto de gira al uso, al margen de festivales en la capital. De hecho, hará cosa de año y medio, con ciertos buenos amigos que conocí en el concierto de Franz Ferdinand, hablábamos y suspirábamos por un concierto propio de los canadienses en los momentos previos de ver a Kapranos y compañía. En una semana llegará la anhelada hora.
Y tras esta intro, para presentarles someramente a la banda por si no la conocían, pasemos a “The Suburbs”, 3ª obra de estos muchachos. De primeras, lo que hice fue ver el listado de canciones y ya ahí pude sacar ciertas conclusiones antes incluso de escucharlo. La 1ª, sabiendo del carácter poco inmediato del grupo, fue que tras comprobar que se incluían ni más ni menos que 16 canciones, fue darme cierto respeto a la hora de imaginarme una escucha ciertamente densa. La 2ª fue que al ver el título de ciertas canciones, con un diferencial entre las mismas entre paréntesis y con un cuerpo troncal en la misma, atisbé un acercamiento a Funeral, en el cual se incluían 4 canciones con la palabra “Neighbourhood” en el título. Aquí nos encontramos 2 “Half light” y 2 “Sprawl” que ahora pasaremos a ver.
El disco comienza con la canción que le otorga el nombre. “The suburbs” tendrá su 2ª parte, al igual que los otros temas ya comentados, justo al final de la obra. Arcade Fire nos reciben en su 3ª entrega con un pop suave, con unas marcadas notas de piano de sonido amable y alegre. En definitiva no deja de ser un pop de carácter clásico, que además nos muestra al Win Butler de siempre al micro, aunque en sus tonos de mayor falsete no sé por qué me recuerda en algún momento a Damon Albarn de Blur. Un comienzo calmado, que nos da paso a un trueno de canción en la forma de la más oscura y a la par vibrante “Ready to start”. Esta canción ha sido el single de adelanto y ha permitido al grupo aparecer con mucha frecuencia por ejemplo en el canal de tv Kiss Tv, con la difusión del videoclip mil y una veces. Ese clip muestra el potente, frenético y furioso directo del grupo, en el que se ven los primeros planos de las caras de los componentes en estado de trance y totalmente entregados sobre las tablas. También se ven ciertos amagos de Win de cargarse su guitarra, al estilo de lo que hizo en un video de “Intervention”. La canción muestra un potente muro de sonido, quizás no tan rotundo como la vigorosa “Neighbourhood #3 (power out)” de su disco de debut, pero en todo caso es un tema que funciona y a buen seguro pondrá el Palacio de los Deportes patas arriba cuando suene el 20 de noviembre. No obstante, el disco va a discurrir más bien por sonidos más calmados, con distintos estados de ánimo (eso sí), y la intensidad, o mejor dicho, la celeridad y el vértigo no va a ser la tónica habitual en sus 16 cortes. De hecho, “Modern man”, con un sonido algo cercano a New Order y al bajo de Peter Hook, se abre camino en una senda sonora decadente y relajada, que con el paso de las escuchas se convierte en un oasis de calma siempre bien recibido. El manierismo en las formas no se pierde en la obra, al menos en la 4ª y 5ª canción. “Rococo” muestra un claro uso de las secciones de cuerda que tan famosos han hecho a estos chicos de Canadá, aunque quizás este tema adolezca en el aspecto de que se pasa de metraje y repetición vocal. El sonido de su melodía es ciertamente hipnótico y debe ser toda una experiencia escucharla con alguna sustancia añadida a su lado emocional. Una de las joyas de la obra, al menos desde mi punto de vista, llega en el 5º lugar con la increíble “Empty room”. Es otro de los ejemplos de ritmo y aceleración de la obra, en este caso de la mano de los violines. Además supone la carta de presentación vocal de Regine Chassagne. Es una canción de un tremendo brío y energía, y en todo caso una de las mejores piezas de “The Suburbs”. Win regresa a las tareas vocales tras este puntazo a cargo de su mujer, en “City with no children”, la cual cuenta con una estructura de guitarra eléctrica bastante aguerrida, dentro de una cadencia más relajada. Un tema medio de pop, en el que Régine escuda en los coros a Win de forma correcta. Llegamos a los “Half lights” y la 1ª parte de la mano de la voz de la señora Chassagne nos puede recordar vagamente a la acongojante canción de cierre de “Funeral”, aquella gloriosa e intensa “In the backseat”. No se alcanza un regusto tan trágico como en aquella y Win no deja sola a Régine en las tareas de voz. No obstante, se destila una melancolía muy interesante en su melodía, centrado ello principalmente en los sonidos de las secciones de cuerda. Precioso momento del disco. La 2ª parte de “Half light”, con el añadido de título “(no celebration)”, gana en ritmo, pero sin perder en lo que a envoltura emocional se refiere.

Arcade Fire - The Suburbs (2010)

En una obra extensa se puede llegar a algún momento de dispersión o pérdida de la atención, y estimo que en esta parte central es donde se acumulan quizás los temas más prescindibles de la obra. “Suburban war” y “Month of may” quizás no sean dentro de “The Suburbs” sus momentos más válidos, ya que no aportan gran cosa al sonido de la obra; sin sonar mal, son de las canciones que más difícil cuesta recordar durante las primeras escuchas y etapas de asimilación de la obra. Puede que dentro de “Suburban war” resulte algo curioso la subida de intensidad melódica de la parte final. “Month of may” tiene su gracia en su alto ritmo, pero aquí Arcade Fire pierden sus marcas instrumentales, sonando como cualquier banda indie de vecino. Eso sí, a buen seguro si suena en el Palacio de los Deportes, creo que montará un buen revuelo por su vértigo y velocidad. Sin embargo, tras estos 2 momentos medianos llegamos a “Wasted hours”, que se perfila como el corte de mayor quietud (algo parecido a lo que sucedió en su día con la canción “Neon bible”) y nos regala unos minutos ciertamente placenteros. “Deep blue” continúa la senda que ha dejado “Wasted hours”, al menos en su comienzo, remarcando ciertos coros que se marca Win. No obstante, “Deep blue” más bien palidece frente al gran temazo que llegará para sucederla en el orden, que no es otra que la soberbia “We used to wait”. El halo de intensidad y carga emocional de Arcade vuelve por sus fueros gracias a esta estupenda composición que nos enfrenta a la parte final que nos presentará otra agradabilísima sorpresa. El comienzo con la inquietante melodía de piano y los acordes perdidos de guitarras en la parte trasera de la producción nos preparan para el sencillo pero emocionante estribillo, que es donde se congrega la gran fuerza de esta composición. Como preludio, y afrontando ahora a los “Sprawls”, la primera parte “(flatland)” nos prepara para esa estupenda composición que será la 2ª parte de sobrenombre “(mountains beyond mountains)”. Es de los temas de factura más triste y sombría del disco. Sin embargo, en la 2ª parte, Régine Chassagne se vuelve a adueñar vocalmente hablando de otro bombazo dentro de la discografía de la banda. En esta pieza “Sprawl II (mountains beyond mountains)”, Arcade Fire saben fusionar de forma magnífica todos los componentes o marcas sonoras de su trayectoria con la electrónica e incluso con el techno pop. Es una pista tremendamente pegadiza y dependiendo de si en el futuro sea editada como single o no, se puede perfilar como una de las grandes joyas ocultas de Arcade Fire. En caso de ser elegida como sencillo, lo que se hará básicamente será justicia con la misma. El tono tan hedonista a ratos de la voz de Régine, ayuda a crear una sensación muy curiosa junto a las melodías de teclados y sintetizadores que incluye. Se llega al final del disco con el “(continued)” de “The suburbs”. Un fade out del tema de apertura, con Win y Régine decayendo vocalmente de la mano y perdiéndose en el horizonte auditivo de nuestro equipo hi-fi, nuestro mp3/mp4 o los altavoces de nuestro ordenador.
“The Suburbs” es un excelente 3er. trabajo por parte de Arcade Fire. Además, en estos tiempos que corren el 3er. disco es crucial de cara a definir un grupo. Muchos grupos que muestran buenas maneras en el 1er. y 2º disco, se terminan por romper o comienzan su trayectoria descendente a partir de su 3ª obra. Sin embargo, el hecho de que Arcade Fire, aunque “Funeral” esté muy reputado, hayan ido en camino ascendente en tanto a popularidad desde sus inicios, han propiciado que con “The Suburbs” hayan subido cualitativa y cuantitativamente. Lo ya comentado de la difusión del clip de “Ready to” start y el hecho de su concierto a bombo y platillo en el Palacio de los Deportes son una muestra de ese auge de la banda.
Y lo bueno de todo esto es que el grupo no ha fundamentado ese aumento de la popularidad en vender su alma al diablo y facturar un disco facilón. Es cierto que el manierismo y aspecto barroco de sus composiciones de su obra de debut está a un nivel distinto al de la mayoría de composiciones de “The Suburbs”, pero sin embargo esa esencia no se pierde y lo podemos comprobar en piezas como “Rococo” o “Empty room”. La dosis justa de accesibilidad en temas como “Ready to start” han jugado el papel, pero sin renunciar ni a un ápice de calidad. Parece además que dicho título “Preparados para empezar”, muestra de forma subliminal una declaración de intenciones para que Arcade Fire atente a los primeros puestos del panorama musical mundial.
Lo malo de “The Suburbs” es que quizás se haga algo extenso y evidentemente en un disco que tiene ni más ni menos que 16 temas, es complicado que no se cuele algún tema más flojo, como ya hemos comentado. No obstante, esos temas más débiles tampoco es que suenen mal, simplemente están alejados de los momentos más excelsos de la obra.
Se emplea un buen rato en escuchar al completo el disco de esta semana. Pero hay que decir que al llegar al fin de la audición, te queda un claro regusto de que lo que has estado escuchando no es para nada baladí. Este álbum de pantanosa portada, con un coche visto desde atrás en un paisaje verdoso, es la verdadera carta de presentación de Arcade Fire al primer nivel o primera fila del panorama musical internacional tras 2 trabajos de una calidad brutal y que poco a poco han ido llegando a los oídos de toda la gente. Ahora solamente falta comprobar su directo. En unos días les hablaré de ello, de momento quedarse con la última obra de estudio de Arcade Fire es una buena elección para gastar una horita aproximadamente de este fin de semana que tienen por delante.


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