Herbjorg Wassmo
Una reflexión sobre el color y el cambio encontrada en un libro lejano, pero más cercano de lo que parece. La escribe la autora noruega Herbjørg Wassmo en su novela La habitación muda, segundo volumen de su obra Trilogía de Tora: «Así era la ley del Pueblo: todo tenía que continuar como siempre. Los cambios repentinos eran mal recibidos. A la gente no le gustaban los cambios. Tora entendió que tenía eso en común con todos los demás isleños, que no soportaba los cambios bruscos que tornaban lo suyo aun peor de lo que había sido hasta entonces. Se dio cuenta de que proporcionaba cierta gran seguridad que los demás fueran grises y estuvieran desamparados. Las fatigas propias tenían mejor aspecto cuando la de los hijos del vecino eran peores». Si en la vida nos limitamos a juntar nuestras respectivas grisuras y a recrearnos en ellas, caeremos en un pozo negro muy tóxico, en lugar de cabalgar sobre un arco iris que sume todos nuestros colores, aproveche la parte buena de cada cual (no la parte chunga) y que nos haga avanzar afrontando los cambios como una oportunidad para ser mejores como sociedad.