Revista Cultura y Ocio

Ardió Troya, pero rápido se apagó :(

Publicado el 17 febrero 2015 por Revista Pluma Roja @R_PlumaRoja

A comienzos del mes de enero hubo una noticia que “incendió” las redes “sociales” en Chile: La nueva ley de medios digitales. Y es que la nueva ley quedó en entredicho luego de que se planteara que, todos los usuarios de redes sociales que publicaran más de 4 veces a la semana, serían considerados medios de información, y que por tanto, deberían someterse a una nueva legislación que los obligaría a inscribir sus redes en determinados organismos y pagar por su uso, entre otras estupideces.

Sin embargo, la noticia no cayó bien y el repudio general no se hizo esperar. Todo el mundo alzó la voz. Desde la chica que se saca selfies cuando hace ejercicios, el joven aquel que se fotografía con su vasito de Starbucks en todo sepia, e incluso aquel que publica cosas del tipo: Aquí saliendo…, aquí pensando…, aquí trabajando…, aquí mirando tele…, etc. Todos opinaron.

Y es que la polvareda digital levantada por la gente, y ese miedo a no poder decir y publicar todo lo que hace por temor a ser multado -de no cumplir las directrices de la nueva ley-, hicieron tanto ruido que desde el mismo parlamento, algunos “honorables”, tuvieron que salir a dar explicaciones y decir que la ley no era tan así; que se había malinterpretado, y blablaba.

Y bueno, sí, en parte los parlamentarios tenían razón, pero solo en parte. Pues claro, está bien que Chile sea el paraíso de lo irrisorio y ridículo en cuanto leyes se trata (pueden darte 8 años de cárcel por robar una gorra a un policía y quedar libre si atropellas a alguien) pero de ahí a creer que el estado, los tribunales, y la justicia se iban a dedicar a perseguir a cada angelito o angelita que publicara a cada minuto lo que hace o no en su vida en Facebook, Twitter o lo que sea, era francamente imposible. Por ende, los parlamentarios tenían razón, la nueva ley había sido malinterpretada, pero solo desde un punto de vista lógico, pues simplemente era inaplicable en un país con más de 15 millones de cuentas en redes
sociales, y que además, publican cosas más de 4 veces a la semana. Sin embargo, el proyecto de ley, tal cual se filtró, era así de imbécil, ridículo y cobarde. Por ende, el escándalo armado no era mera imaginación o “malinterpretación” de la gente y estaba lejos de ser un simple “error comunicacional”.

Ahora, usted se preguntará: ¿qué diablos pretendía esta nueva legislación?
Pues bien -según nos dicen los políticos- lo que querían con esta ley era regular (controlar) la situación de los medios y sus auspiciadores en Chile. Pues, actualmente, con tanto medio digital no regulado, era necesario –según ellos– establecer “reglas” claras entre auspiciadores y los dueños de los medios en casos de no cumplimento de
contratos,¿?. Es decir, –como todo en Chile S.A– la ley se plantea desde la lógica del comercio, del “pobre” empresario, y no desde las comunicaciones.

También decían que era una oportunidad para que los medios digitales recibieran dinero por concepto de publicidad estatal ¿?. Sin embargo, como medio digital que somos, desde acá decimos: no gracias, estamos bien aquí sin ustedes. Además, ¿con qué cara ofrecen plata con su inútil publicidad, si la mayoría de la publicidad estatal en Chile se la llevan los grandes consorcios radiales extranjeros y televisivos? Y en cuanto a prensa escrita, basta ver los kioscos, todos copados con diarios de COPESA y El Mercurio: diarios que, además, se llevan todo el dinero del avisaje estatal. Entonces, ¿de qué financiamiento nos hablan?

Proyecto censurador
Ahora bien, si este proyecto no se hubiera filtrado tal cual se supo, nuestros –no tan queridos– parlamentarios, hubiesen establecido un marco “legal” que les hubiese permitido perseguir –bajo la excusa de la legalidad, claro– cualquier cuenta en redes sociales de acuerdo a su antojo y arrojo. Y claro, no hay que ser Einstein para darse cuenta que las cuentas que habrían perseguido no iban a ser precisamente las de las chicas y sus selfies diarias, ni tampoco las fotos de perros o gatos subidos por los internautas. Las cuentan que hubiesen perseguido hubiesen sido todas aquellas críticas del gobierno, parlamento, justicia, policía, empresarios, etc. En definitiva, cuentas asociadas a personas descontentas con el sistema en su conjunto.

Sin embargo, como en este país olvidamos todo tan rápido, una vez “aclarado” que nadie tendría pagar por subir cosas, los internautas se olvidaron del asunto y siguieron en los suyo: salvando el mundo mediante “likes”.

Ahora bien, los medio digitales gratuitos y no lucrativos, como esta misma revista, deben permanecer en alerta. Pues como dije anteriormente, esta ley no se está diseñando para seguir y amedrentar a cualquier persona que tiene cuenta en alguna red social. Esta ley se está cocinando para perseguir y obligar a convertirse en medios con fines de lucro a cualquier medio digital gratuito que exista en la web en la actualidad. Y de paso, silenciar de manera “legal” a todos los que
critican de manera independiente al sistema.

Es por eso que es tan importante que medios como Pluma Roja, y otros tantos que proliferan y que publican a diario información en un país donde toda la prensa pertenece a una sola clase social: la clase alta, no sean obligados a convertirse en medios formales. Pues eso significaría volverse parte del sistema, tener que pagar por informar y existir, y por ende, haría inaccesible la información a quienes tienen sed de verdad e información útil pero que no tienen dinero para acceder a ella.

En definitiva, la nueva ley de medios digitales, es una ley que está cocinando a la medida de los de siempre: los dueños del capital y la producción. Una ley que quiere hacer desaparecer a toda la prensa alternativa y creciente, y que en la actualidad, realiza una labor más eficaz, a la hora de informar, que la realizada por los grandes medios y corporaciones.
Porque su mayor interés no es precisamente hacerse millonaria con la publicidad del gobierno, ni de los bancos, o alguna universidad privada. No, su mayor interés es informar y generar opinión en un pueblo que ha dejado de ser educado en las
escuelas para pasar a ser adoctrinado en las “artes” de la competencia, la deslealtad y el querer ser millonario, y todo esto orquestado, claro, desde los grandes medios de comunicación y el poder económico.
Por eso, desde acá decimos:

¡NO A LA NUEVA LEY DE MEDIOS DIGITALES! ¡NO A LA CENSURA!

Por Pablo Mirlo


Ardió Troya, pero rápido se apagó :(
Ardió Troya, pero rápido se apagó :(

Volver a la Portada de Logo Paperblog