Y su primera fiesta de cumpleaños tenía que ser especial.
Lo primero fue encontrar un lugar para alojarla. Somos de familia “amplia” y en casa no cabemos todos. Así que tuve que hacer un “estudio de mercado” de los míos para llegar a encontrar un local social que estuviera bien ubicado en el pueblo y que me lo alquilaran a un precio razonable.
Una vez tuve el sitio ya me relajé un poco y empecé a pensar en los colores que quería para la fiesta: No nos apetecía nada que fuera un color “de niño” y finalmente nos decidimos por decorarlo todo en tonos plata y lima (la señora de la tienda que me atendió estaba un poco escandalizada pero al final me salí con la mía).

Decidí montar un panel de fotografías en homenaje a sus 12 meses. Es increíble la transformación física que hace un niño durante su primer año, y es muy divertido vivir esa evolución, especialmente entre aquellos que lo han visto crecer y apenas se han enterado del cambio.

Y qué cierto es, señoras, que la maternidad te cambia. Yo, que siempre he sido tan poco infantil, me he visto montando mi primera fiestita con globitos y ganchitos. Y por supuesto, no podía faltar el super globo del 1 marcando la sala. De hecho nos sirvió de zona para photocall donde cada uno de los invitados fue pasando para hacerse su fotografía y guardarla en el álbum de recuerdos de Ares.


Reconozco que mi fiesta no fue tan “fancy” y tan delicadamente decorada como me hubiera gustado, pero nuestro presupuesto es el que es y mi tiempo es el que es. Aún así, yo estoy orgullosísima de nuestra fiestita y nos lo pasamos en grande.
Y por supuesto, no hay fiesta sin corona y nosotros tuvimos la gran suerte de contar con la primera CuteCorona by CuteMartina hecha a mano con tanto cariño. Aunque os confieso que no aguantó en su cabeza más de 1 minuto. Esto es así.
¡Muchas felicidades petit!

