Arévalo, capital de la Moraña, del románico-mudéjar castellano y de los garbanzos blancos y tiernos, es un pueblo grande e ilustre, con un castillo, tres grandes plazas, media docena de iglesias (llegó a tener 14) y ora media docena de palacios de fuste.
Por su situación estratégica, Arévalo ha sido siempre cruce de caminos y calzadas, motivo que sirvió para que todos los pueblos llegados a la Península se establecieran en sus tierras, desde los celtas a los árabes, a quienes se debe la mayor parte de los monumentos existentes.
Panorámica de la bella ciudad de Arévalo./David Pérez
En esta ciudad de Ávila pasó gran parte de su juventud la reina Isabel La Católica y tras la Reconquista estuvo ocupada por muy distintos linajes. También pasó aquí parte de su adolescencia Ignacio de Loyola en el siglo XVI. En julio de 1494 los Reyes Católicos ratificaron en Arévalo el Tratado de Tordesillas, un compromiso sobre la propiedad de los territorios que se estaban descubriendo en América.
Declarada Conjunto Histórico Artístico, Arévalo reúne un buen número de bonitas plazas y calles y bellos monumentos dignos de ser visitados, entre los que cabe destacar el Castillo, del siglo XV, la Muralla, de la que se conserva su parte norte con la Puerta de la Cárcel o Arco de Alcocer, que fue la entrada principal y que hoy lo ocupa la oficina de turismo.
Castillo de Arévalo./David Pérez
El castillo de la localidad castellano leonesa (siglos XV-XVI), sobre la meseta triangular que forma la unión de los ríos Adaja y Arevalillo, destaca por su potentísima torre del homenaje, una de las más notables de Castilla. Hoy alberga un Museo de los Cereales. En la fortaleza estuvo presa la reina Blanca, esposa de Pedro de Castilla.
El visitante que llega de mañana tiene materia de sobra para todo el día con solo callejear por Arévalo mirando los soportales, las casas señoriales y las tres plazas porticadas: la de la Villa, con sus monumentales pórticos; la del Arrabal, con sus iglesias y su monumento al cochinillo, y la Real, con un palacio que hoy es convento.
Iglesia de San Martín Arévalo./Rowanwindwhistler
Entre las iglesias visitaremos las de San Martín, San Miguel (siglo XIII, Santo Domingo de Silos (ábside mudéjar), San Juan (edificada en la propia muralla y formaba parte del palacio de los Trastámara) o Santa María la Mayor, y, ya fuera del pueblo, la iglesia de la Lugareja, obra maestra del románico-mudéjar español del siglo XIII.
Iglesia de Santa María la Mayor./Rowanwindwhistler
Los conventos son varios; el más destacable es el de San Francisco, de comienzos del siglo XIII, de estilo románico-mudéjar, y otros tales como el de Santa María La Real, el de San Nicolás y el de Santa Isabel de la Encarnación. Entre sus casas nobles hay que reseñar el Palacio de los Sedeños y la Casa de los Sexmos.
A modo de resumen audiovisual, os dejo un vídeo que espero os guste:
fuente: franmar1982