Revista América Latina

Argentavis Magnificens, un verdadero coloso del aire.

Por Hugo Rep @HugoRep

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Argentavis magnificens (ave argentina magnífica) es una especie extinta de ave ciconiforme de la familia Teratornithidae, es la única especie descubierta del género Argentavis.

Los restos fósiles fueron encontrados en Argentina en el año 1979, se cree que se extinguió en el Mioceno Superior, entre 8 a 6 millones de años antes del presente. La especie es una de las mayores aves voladoras de la que se tiene conocimiento y se cree que pudo llegar a tener una envergadura de alas inmensa, de hasta 8 metros. Habitó, durante el Mioceno Superior, la llanura chacopampeana y las planicies de la Patagonia.

Probablemente las Teratornithidae como el Argentavis están relacionados directamente con los ancestros de los actuales buitres americanos.

Argentavis Magnificens, un verdadero coloso del aire.
Con un peso de unos 70 kg, una envergadura de 7 m, plumas remeras de hasta 1 metro de longitud, ha intrigado durante mucho tiempo cómo sería posible su vuelo; finalmente se ha comprobado que la existencia de un ave voladora gigantesca fue facilitada por el relieve llano alternado con elevaciones y un régimen casi constante de vientos en su hábitat hace unos 6 millones de años.

En efecto, según los modelos computarizados a partir del estudio de los fósiles, la enorme ave podía levantar el vuelo de modo semejante a los actuales planeadores y, sobre todo, de modo semejante a las actuales alas delta y parapentes; en el primero de los casos efectuaría cortas carreras contra el viento y con las alas extendidas, en el segundo de los casos se lanzaría desde lomas y colinas, una vez en el aire, de un modo semejante a los actuales cóndores aprovecharía las columnas de corrientes térmicas ascendentes con las cuales seguiría planeando fácilmente hasta los 2000 metros sin necesidad de batir sus alas, luego efectuaría un vuelo libre en grandes círculos.

Se considera que luego su vuelo podría estabilizarse en un rango de altitudes que iban de los 200 metros a los 1.000 metros con una velocidad de planeo de unos 70 km/h. De tal modo que en 12 horas de vuelo diario podía recorrer unos 840 km por lo cual tardaría tres días en prospectar la totalidad de su territorio.

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