Argentina - alemania

Cuando Argentina tuvo su primera prueba de fuego en el Mundial de Sudáfrica, dijo adiós, goleado y exhibido. Alemania no le tuvo piedad ni consideraciones al equipo de Diego Armando Maradona. Un 4-0 lapidario fue la conclusión a la guerra de declaraciones que hubo entre ambas selecciones antes del encuentro.Ayer, el estratega argentino tuvo un duro golpe con la realidad. Aquella que dicta que para ser un equipo con posibilidades de ser campeón se necesita tener eso: un equipo, y no sólo individualidades. Por eso los europeos son justos semifinalistas, ellos sí entienden y manejan ese concepto.Argentina se encontró muy rápido con un gol en contra. Al minuto 3, en una jugada a balón parado, Müller, el joven jugador que hace cuatro meses Maradona había confundido con un recogepelotas, anticipó a la marca y anotó el primero de la tarde en Ciudad del Cabo. El marcador en contra pesó como una losa. Argentina descubrió una situación inédita, desconocida para un equipo acostumbrado a remar a favor de la corriente, arriba en el marcador y no a verse con prisas, urgencias y obligaciones.En ese contexto nada funcionó. El equipo empujó con brío, con el corazón que tanto les ha pedido su técnico, pero sin orden. Fue una ofensiva apasionada, pero tan ineficaz como contundentes habían sido las de los partidos anteriores.Lionel Messi apareció menos en este juego, perdido en la maraña alemana, obligado a bajar a buscar el balón muy lejos de la portería, donde no se puede ser letal, donde su magia pierde poder y su influjo en el juego es menos determinante.Impotente, sin respuestas, Argentina se conformó con dominar, pero sin crear grandes ocasiones, mientras Alemania acechaba el momento en el que finiquitaría el partido.En el segundo tiempo, la albiceleste buscó más el gol, con más ahínco, pero con el mismo desacierto. Su empuje rompió el partido, lo hizo de ida y vuelta, sin rumbo, a la merced de cualquiera. Del intercambio de golpes salió beneficiada Alemania, la que tenía un poco más de orden y claridad.En el minuto 68, Müller demostró que está enchufado en el Mundial y, desde el suelo, acertó a servir a Podolski, quien se internó en el área para centrar a un Klose que anotó libre de marca.El segundo tanto acabó por quebrar a Argentina. Sólo quedaba la heroica, lanzarse con todo, pero Alemania no dio tiempo a preparar la respuesta. Siete minutos más tarde Schweinsteiger dejó sentados a cuantos defensas albicelestes le salieron al paso y sirvió para que Friedrich sentenciara el encuentro.Todavía tuvo tiempo de marcar el cuarto Klose en otra jugada al contragolpe, lo que le deja a las puertas de ser el máximo goleador de toda la historia de los Mundiales.Era la sentencia a una selección argentina que sucumbió de alto, con estrépito, desarbolada por un equipo ordenado que se mete entre los cuatro mejores del mundo y presenta su candidatura al título. A tanto como aspiraba hasta ahora la Argentina de Maradona, que vio como sus estrellas dejaban de brillar el día más necesario e importante.
Pierde la compostura
La canciller alemana, Angela Merkel, también fue arrastrada por la alegría tras la victoria sobre Argentina. Ella había pronosticado un triunfo por 2-1 y olvidó su estilo habitualmente reservado tras el encuentro. Se le captó festejando los últimos tantos de su selección.
14 Goles ha marcado Klose en Mundiales. Igualó a Gerd Mueller y está a un tanto de Ronaldo, como máximo romperredes.
5 Mundiales consecutivos lleva Argentina sin pasar de los cuartos de final. La última vez que lo hizo fue en Italia 1990, cuando fue finalista.
12 Veces ha finalizado Alemania entre los cuatro mejores equipos del Mundial; en tres ocasiones salió campeón: 1954, 1974 y 1990.
Fuente: http://laaficion.milenio.com/noticias/48029-baile-argentina