Desde Salta salimos en autobús hacia San Antonio de los Cobres para poder subir al tren de las nubes, que se encuentraa 4700 metros de altura s.n.m en su punto más alto.
Nuestra primera parada es en el poblado de Campo Quijano donde hay una vieja locomotora que se construyóen 1921 y de esta forma la población cobróimportancia tras la construcción del tren a vapor. En 1980, el ferrocarril suprimió todas las líneas de tracción a vapor.
Continuamos la ruta hasta llegar al viaducto del Toro, que en quechua significa agua turbia. El viaducto tiene 26 metros de largo y 23 metros de alto.
Pasamos por la Quebrada del Toro por un camino de ripio y vamos ascendiendo por las montañas, tras un paisaje de cardones, típico de la zona, a una altura de 2000 metros.
Paramos en Alfarcito para desayunar encontrándonos a 2800 metros s.n.m. El desayuno consiste en una empanada de coyote, un pequeño alfajor, un plátano y café.Después entramos en la Iglesia de San Cayetano. En su interior hay algunos adornos en cardón.Seguimos con el autocar hasta llegar a Tastil, a 3100 metros, un lugar famoso por sus ruinas y donde se exhibe en un museo con piezas recopiladas de la zona. Las ruinas son parte del Camino Real Inca, el Qhapaq Ñan que llegaba hasta Llullaillaco. Se le nombró Patrimonio de la Humanidad en 2014.El paisaje cambia y se convierte en puna. Nos acercamos hacia la Quebrada de las Cuevas, donde los indígenas siguen a día de hoy habitando. Es un lugar inhóspito pero a la vez bello. Llegamos a Abra Blanca, un punto situado a 4080 metros s.n.m. Empezamos a tomar hojas de coca fresca que nos suministra el guía para poder despejar la cabeza por si tenemos mal de altura, aunque nos dice que si llevamos varios días subiendo y bajando, no nos va a afectar demasiado. Es importante también hidratarse, no comer demasiado y no tomar alcohol.
En el caso de que alguien se encuentre mal, disponemos de enfermeros que viajan con nosotros en una ambulancia que viene tras nuestro, jajaja!. Pasamos por el Nevado de Acay que su altura es de casi 6000 metros. Desde Cachí ya veíamos este cerro nevado.
Por el camino vemos una variedad de especies de animales como guanacos, burros, el suri o avestruz andina, ratones, serpientes, lagartijas, incluso parinas o flamencos en las lagunas, un poco más a lo lejos.
Llegamos finalmente a San Antonio de los Cobres, la ciudad más alta de Argentina, situada a 3775 metros s.n.m. Es San Antonio una ciudad polvorienta, inhóspita, perdida en mitad de la puna, pero a su vez cuenta con bellas casas pintadas de alegres colores y restaurantes donde parar a comer, así que nos dirigimos al restaurante Quinoa Real, donde degustamos una milanesa de llama con ensalada.
Después de un paseo por la localidad, nos dirigimos a la estación para coger el tren de vapor y llegar hasta la parada de La Polvorilla.
Colocados en nuestros asientos, el tren sale puntual a las 15`45 horas. Por el camino una azafata anuncia que vamos a subir hasta 4220 metros donde se encuentra el viaducto, una obra de ingeniería monumental, a 20 km de San Antonio.
Pasamos por montañas agrestes, donde habitan lobos y zorros y otras especies. Llegamos a los 45 minutos a Polvorilla desde donde podemos bajar y contemplar semejante obra de ingeniería. Arriba, en lo alto, se encuentra la cruz de los argentinos donde izan la bandera y aplauden.
Emprendemos nuestro viaje de vuelta, pasando por las minas de cobre Concordia que desde hace años permanece cerrada debido a un accidente donde perdieron la vida 40 trabajadores.
Vemos que algunas personas han tenido que ser asistidos y es que el mal de altura no es una broma, tanto niños como personas mayores, incluso algún joven ha necesitado de oxígeno para poder recuperarse.