De libertad jurídica escasean sobre todo los países del tercer mundo, si es que en verdad existe un tercer mundo y no un primero globalizado y con grandes diferencias sociales, en el que políticos demagogos como Cristina Kirchner alardean de todo lo peor que un político puede representar: corrupción y nacionalismo.
El difunto marido de la Presidenta Argentina, conocido corrupto, abrió el camino de la ilegalidad que hoy sigue Cristina con ímpetu y desparpajo, mezclando gotas de nacionalismo paleto- aún le da por las Islas Malvinas, bien le podría dar por erradicar la miseria de las calles de Buenos Aires por ejemplo- con salvajadas económicas y dictatoriales como la próxima expropiación de YPF a la empresa Repsol, propiedad de accionistas y no de estados y gobiernos. Da que pensar que un país con gente tan bien formada intelectualmente, sucumba ante tanta escoria política. Claro que un país que tiene como ideólogo a una mezcla de Franco y Mussolini y que lleva con orgullo el nombre de Perón, no merece otra cosa que una clase política tan ignorante como demagoga. Algunos se enfadan cuando se les nombra entre los miembros del tercer mundo. Otros, los menos, se siguen avergonzando de tanta ridiculez envuelta en tanta bandera patria. Ahora solo falta Maradona de ministro del interior argentino. Todo se andará........