“Si vamos a hacer una película falsa, quiero que sea un taquillazo falso”
★★★☆☆
Con tanta buena publicidad de parte de la crítica, uno pensaría que ya tiene en la bolsa el Oscar a mejor película. Argo ha sido sobrevalorada en parte por la hazaña de realizar una cinta de algo tan increíble y a la vez por encender el sentido patriótico que tanto ciega a los norteamericanos. Tampoco voy a demeritar el trabajo hecho por Affleck, es sólo que no es tan fabulosa como se dice por ahí.
En pocos minutos conocemos el contexto político de Irán con la profundidad y análisis equivalente a leer la parte trasera de un cereal. Acto seguido por un grupo de furiosos protestantes apostados en las afueras de la embajada de Estados Unidos en Teherán. No conocemos motivaciones personales de tales individuos y si llegan a decir una palabra, ni tan siquiera son de las que se merecen ser traducidas. Esto no es una clase de historia y conforme transcurre la película se darán cuenta que es una producción que sigue la fórmula del cine comercial.
Ni idea donde estoy
El director Ben Affleck no pierde la oportunidad de crear suspenso. Esta es la mejor cualidad que se tiene y por lo cual es tan venerada la película. El hecho de que aún conociendo el final de esta historia lograr crear momentos de peligro es lo que ha fascinado a la audiencia, ¿qué tanto se los crean? Eso depende de cada quien, pero es evidente que ha logrado seducir a una mayoría que esta dispuesta ha aceptar la propuesta.
El enfoque de la trama está en lograr sacar del país a un grupo de seis funcionarios estadounidense que lograron huir de la embajada y que se encuentran escondidos en la casa del embajador de Canadá. Contrario a lo que podemos pensar, los protagonistas no son los fugitivos, si no el agente de la CIA, Tony Méndez, lamentablemente interpretado por Ben Affleck. Pensaba que era una exageración decir que es de lo peor que ofrece la película, pero conforme pasaban los minutos uno se da cuenta como es opacado por el resto del elenco.
El plan por más absurdo que parezca, es fingir que los seis refugiados son parte de una compañía de cine dispuesta a filmar una producción en Irán. Con identidades falsas proporcionadas por los canadienses, hasta se darán el lujo de salir del país por el aeropuerto y no en bicicletas hasta Turquía.
¿Qué harían sin nosotros?
Después de una serie de escenas donde actores interpretando altos funcionarios gubernamentales discuten los riesgos involucrados si los llegan a descubrir. Es que da paso a lo que para mí fue lo más agradable del asunto, que es como logran llevar a cabo el plan de crear una producción ficticia para lograr el objetivo. Para eso tenemos a John Chambers (John Goodman) y Lester Siegel (Alan Arkin), quienes son los encargados de elaborar la farsa en Hollywood de que una película llamada ‘Argo’ esta buscando locaciones en tierras exóticas del medio oriente. Ambos actores con su carisma, además de unos diálogos con ciertos tintes de comedia, hacen que este tramo de la cinta sea amena.
Interesado más Affleck en entretener que en basarse en hechos reales, se las ingenia en crear situaciones que logren exprimir el suspenso. Literalmente nos vende la idea de una inexistente bomba de tiempo, la cual raya hasta en ser un insulto para la historia. La mitad de la cinta esta plagada de escenas en donde se pretende dar peso a las futuras amenazas que serán liberadas justo a tiempo en el desenlace. Más evidente es en la persecución inexistente en medio del aeropuerto. Y saben lo peor de todo , que aún así la película funciona.
Explícanos como es que tú eres el protagonista
El ser director tiene sus ventajas y Affleck abusa al ser el protagonista. El hombre no aporta nada a su película y se vuelve en un hoyo negro a la mitad de la cinta cuando pretende darle importancia a la vida del personaje que interpreta. No existe interés en que este hombre salga con vida de la misión y lo lamentable es que absorbe una buena cantidad de tiempo. El colmo del asunto llega cuando los seis actores que interpretan a los fugitivos con los pocos minutos que tienen logran crear simpatía en su causa. Algo que el Sr. Ben nunca logra hacer.
Es absurdo pensar que ‘Argo’ es una representación fiel a los hechos históricos que dice honrar. Si así fuera, tendría la decencia de mostrar las dos caras del asunto y no sólo el lado patriótico norteamericano. Lo que tenemos aquí es una cinta 100% Hollywood que pretende vender suspenso. Aunque para ello necesitas creer en las circunstancias que se nos presentan y la inocencia de los fugitivos que huyen de una país en revolución. Es aquí donde se topa pared, al no tener esa sensibilidad, patriótica, uno como extranjero sólo ve un grupo de metiches que ya no tenían nada que hacer en un país que reclamaba su expulsión.
Lo que más me sorprende que aún con sus errores exista una prensa ansiosa de colocarle nominaciones y premios. Tanto que hasta me estaba creyendo que era la nueva venida del género ‘thriller’.
Es una buena cinta, no más.