PROLEGÓMENO: Existen quienes dicen que los animales no-humanos tienen un "defecto" que justifica que sean moralmente discriminados[1], a veces dicen que ese defecto es no tener intereses.
En esta entrada responderemos a las siguientes preguntas: ¿qué es un interés? ¿cómo sabemos si un individuo tiene o no tiene intereses? También hablaremos aquí sobre necesidades, deseos y fantasías.
Según la Real Academia Española (RAE), un interés (Del lat. interesse, importar) es, según la primera acepción, una "inclinación del ánimo hacia un objeto, una persona, una narración, etc.".
Algunas personas dicen que los animales no-humanos no tienen intereses:
- Fernando Savater, en su libro Tauroética, dice que lo que los animales no humanos tienen son “necesidades e instintos acuñados evolutivamente, pero no ‘intereses’ en el sentido más [...] interesante del término”, contraponiendo de esta forma las necesidades a los intereses. Para Savater, “Nuestros intereses son nuestras elecciones o no son nada sensato”, y “Sin posibilidad de renunciar no hay interés que valga.” Dicho de otra manera, un interés, según Savater, es necesariamente algo que se elige, y como los animales no pueden elegir (libremente), no pueden tener intereses.
- Raymond G. Frey, en sus primeros trabajos, sobretodo en el libro Interests and Rights: The Case Against Animals (1980), defendía que los animales no-humanos no pueden tener intereses. Fue la respuesta de Frey al libro Animal Liberation (1975) de Peter Singer, donde afirmaba que los humanos debíamos incluir los intereses de los animales no humanos a la hora de valorar las consecuencias de un acto. Tanto Frey como Peter Singer son utilitaristas preferencialistas, es decir, desde un planteamiento utilitarista tienen en cuenta intereses. Frey argumentó que los intereses dependen de la voluntad, y que uno no puede tener un deseo sin una creencia correspondiente. Sostuvo, además, que los animales no tienen creencias, porque son incapaces de comprender el concepto de la creencia (es decir, son incapaces de sostener una creencia de segundo orden: una creencia sobre una creencia) que, según Frey, requiere del lenguaje:
"Si alguien dijera, por ejemplo, 'el gato cree que la puerta está cerrada', entonces esa persona está defendiendo, como yo lo veo, que el gato defiende la frase declarativa 'la puerta está cerrada' es verdad; y yo no veo ninguna razón para creer que el gato o cualquier otra criatura que carece de lenguaje, incluyendo los bebés humanos, hagan divertidas frases declarativas y defiendan la verdad de dichas sentencias". Raymond G. Frey
Por lo tanto, como los animales no humanos no tienen intereses entonces no hay nada éticamente incorrecto en esclavizarlos y en asesinarlos.
Formulamos de forma más clara el argumento, premisas y conclusiones, que utilizan dichas personas. Éste iría como sigue:
P1: "Los animales no humanos no tienen deseos, ni creencias, ni lenguaje".
C1: Como P2 es verdadera entonces "Los animales no humanos no tienen intereses".
P2: "Es éticamente incorrecto esclavizar y asesinar a quienes tienen intereses".
C2 Como C1 y P2 son verdaderas entonces "Es éticamente correcto esclavizar y asesinar a los animales no-humanos".
RESPUESTA VEGANA:
Este argumento puede rebatirse de las siguientes maneras:
(i) Los intereses son independientes del la existencia de creencias y del lenguaje. Tom Regan contesta a Raymond G. Frey que un perro puede muy bien pensar "este hueso es sabroso" aunque sea incapaz de formular tal frase, y que un bebé nunca aprendería a hablar si no pudiese adquirir conceptos preverbales.
Las creencias de primer orden pueden existir en ausencia de creencias de segundo orden, es decir, un animal no-humano o un bebé humano pueden tener una creencia sin necesidad de entender el concepto de creencia. Los humanos no podrían haber desarrollado el lenguaje sin unas creencias preverbales[2]. Desde entonces, Frey ha rechazado algunas de sus primeras conclusiones.
(ii) Todo individuo con sistema nervioso central siente , por lo tanto, tiene intereses, . Para saber si los animales no humanos tienen o no tienen intereses es necesario aclarar a qué nos referimos cuando decimos "tener un interés". Vamos a explicar de dónde surge la existencia de intereses y qué diferencia a estos de las necesidades, los deseos y de las fantasías.
Necesidades
Las necesidades básicas o necesidades primarias de los seres vivos son las condiciones que deben satisfacerse para que estos puedan sobrevivir: aire, temperatura, agua, nutrición, etc. Las necesidades secundarias no son imprescindibles para sobrevivir, pero dignifican la existencia al desaparecer el estrés por la supervivencia, dando lugar a una experiencia básica de bienestar.
Es un error pensar que los publicistas “crean” necesidades, pues las necesidades vienen biológicamente dadas. Lo que hace el publicista es influir en los deseos de las personas. Por ejemplo, el publicista podría fomentar la idea de que un determinado refresco es el mejor para satisfacer la sed, pero no crean la necesidad de hidratarse. Más adelante hablaremos sobre los deseos, pero antes vamos a hablar sobre las experiencias y los intereses.
Experiencias e intereses
Los individuos con sistema nervioso centralizado (cerebro) tienen capacidad para sentir dolor y placer, y por lo tanto tienen intereses asociados a dichas experiencias, es decir, son individuos sintientes. Las experiencias tienen una relación muy estrecha con los intereses. Comenzamos la existencia con el interés de satisfacer nuestras necesidades biológicas, pues tenemos el interés de sobrevivir. Las necesidades biológicas influyen en las experiencias de los individuos sintientes, dando lugar a experiencias positivas y negativas.
Por lo tanto, un interés es aquello que realmente queremos, por voluntad, no por necesidad biológica, actuando coherentemente de acuerdo a él. Por ejemplo, tenemos la necesidad biológica de hidratarnos, y si no lo hacemos sentimos sed, pero nuestro interés puede ser precísamente pasar un poco de sed, porque una amenaza no nos permita beber agua del río.
Podemos obrar en contra de nuestro interés, haciendo elecciones equivocadas, pero nunca con la intención de frustrar dicho interés. Por ejemplo, podemos apostar todos nuestros ahorros a un número de la ruleta del casino, pues creemos que así satisfaceremos el interés de tener más dinero (más ahorro), pero si no sale el número al cual apostamos entonces la mala suerte, las circunstancias, será lo que frustrará nuestro interés de ahorrar, no lo frustraremos nosotros, pues un interés no puede ser autofrustrado. Si tiramos nuestros ahorros a una trituradora no podemos decir que autofrustramos nuestro interés de ahorrar, si no que decimos que no tenemos interés en tener dinero.
Deseos
Si tenemos el interés de ahorrar entonces éste se demostrará ahorrando si existe dicha posibilidad, pues si podemos ahorrar y no lo hacemos entonces no sería un interés de ahorrar sino un deseo de ahorrar. Por lo tanto, se pueden desear cosas en contra del propio interés, incluso fantasear con dicha frustración, pero un interés no puede negarse a sí mismo (A ≠ ¬A), un interés no puede ser autofrustrado.
Fantasías
Los deseos pueden dar paso a la fantasía. La fantasía es la experiencia en la cual se imagina la situación que se dá si un deseo fuera satisfecho o frustrado. Por ejemplo, es una fantasía imaginar que se apuesta todo el dinero a un número de la ruleta y sale dicho número, entonces se sigue fantaseando con lo que haríamos con toda la fortuna que ganaríamos.
CONCLUSIÓN: Los individuos que tienen capacidad para sentir evitan las experiencias negativas y buscan experiencias positivas, eso quiere decir que tienen intereses.
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INFORMACIÓN ADICIONAL:
INTERESES SECUNDARIOS SOFISTICADOS [3]
- En diciembre de 2008, investigadores de la Universidad de St. Andrews, en Escocia, han descubierto que los orangutanes son capaces de llevar a cabo cálculos muy complicados para decidir si colaboran o no con otro individuo. Los investigadores dieron a dos individuos (Dok y Bim) una serie de fichas con diferentes valores. Unas podían ser intercambiadas por bananas para sí mismos, otras por bananas para el otro y otras no tenían valor alguno (este complejo juego habla mucho de la gran inteligencia de los orangutanes). En un principio, Dok se mostró dispuesta a intercambiar fichas para conseguir bananas para Bim. A veces Bim le señalaba esas fichas en particular para alentarla. Bim, en cambio, parecía menos interesado en obtener bananas para Dok. A medida que Dok fue perdiendo el interés en conseguir bananas para Bim, éste comenzó a intercambiar más fichas para conseguir bananas para ella, hasta que los esfuerzos de ambos quedaron equilibrados.
Si bien el intercambio de bienes y servicios es común en el reino animal, hasta el momento no se había hallado evidencia de que las transacciones estaban basadas en meticulosos cálculos sobre los costos y beneficios, ni de que los animales llevaban un registro de los favores que habían hecho o que otros les debían a ellos.
Curiosamente, chimpancés, gorilas y bonobos se mostraron menos capaces o menos dispuestos a participar en el juego planteado por los investigadores.
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REFERENCIAS
[1] Argumento: "Los animales no..."
[2] DeGrazia, David. "The Moral Status of Animals and Their Use in Research: A Philosophical Review", Kennedy Institute of Ethics Journal. Volume 1, Number 1, March 1991, pp. 48-70.
[3] news.bbc.co.uk - Los orangutanes dan... para recibir
NOTICIAS RELACIONADAS
- (24/12/2008) news.bbc.co.uk - Los orangutanes dan... para recibir
MÁS INFORMACIÓN
- mundobiologia.portalmundos.com - Cooperación entre animales: ¿Altruismo o interés?
BIBLIOGRAFÍA
- Frey, Raymond G. Interests and Rights: The Case Against Animals. Oxford University Press, USA (May 22, 1980).
- Singer, Peter. Animal Liberation (Liberación Animal), 1975.
- Weale, Albert. “Needs and Interests”.
- Frey,R.G. “Rights, Interests, Desires, and Beliefs”.