Revista Medios
El envejecimiento de la población no es algo que se dé únicamente aquí. Y es un problema que en el plazo de unos años nos lleva a la despoblación del mundo rural.
Para atenuar los efectos de la baja densidad de población, además del lagrimeo y preocupación dialéctica de tantos consejeros y partidos políticos, hay que coger al toro por los cuernos, como suele decirse. El Gobierno de Extremadura lo expuso en Bruselas y habló de soluciones y medidas que se estaban implementando desde aquella Administración preocupados por el bajo índice de natalidad y el envejecimiento...
El tema, que es punto de reflexión en todas partes, se trató hace unos días en las Jornadas de Verano de la montaña palentina, que en esta ocasión se celebraron en Santibáñez de la Peña.
La explicación que dan los políticos de nuestra provincia, está llena de mensajes alentadores, pero nunca pasan de ahí. Nadie lleva a la acción lo que predica, con lo que se traduce en una conversación más de los ciudadanos de la calle que esperan preocupados una medida donde se empiecen a ver cosas.
Dice el coordinador de UP y D Rafael Delgado que nuestra mayor riqueza son los ciudadanos de Castilla y León y que aquellos que viven en el medio rural necesitan de municipios fuertes, con recursos suficientes.
Estoy de acuerdo, pero no se trata solamente de invertir un dinero, como los siete millones que se concedieron para la embotelladora de San Salvador, que ahora se encuentra en situación concursal. Yo creo que para la Junta, que invirtió esa importante cantidad, no ha de suponer mucho reabrirla, pero con un seguimiento continuo de la administración, porque supone trabajo para la gente de la zona y al mismo tiempo vida para los pueblos del contorno.
Otra importante cantidad de dinero se ha gastado el Ayuntamiento de la Pernía y la Junta de Castilla y León en levantar una residencia de día en San Salvador, que probablemente no llegue a usarse nunca y, como aquí, en tantos otros sitios.
No se trata solo de aportar el dinero y ahí te quedas. Creo que esas cantidades merecen un seguimiento y la participación del Gobierno Regional en ellas, pues no dejan de ser en una medida importante propiedad de todos los ciudadanos de esta tierra.
Y si nos hemos gastado el dinero en ellas, lo lógico es que nos impliquemos para que no se caigan o se cierren a la vuelta de dos años.
Imagen: Froilán de Lózar