Revista Opinión

Argumentos sobre la existencia de Dios

Publicado el 29 octubre 2019 por Carlosgu82

Schopenhauer distinguió entre causalidad y razón. La primera se aplica a entes materiales, la segunda, a entes de razón. Un ente de razón es, por ejemplo, un miriágono –figura de 10000 lados-. La acabo de pensar y no necesito dibujarla para saber que su perímetro se averigua, por definición, multiplicando la longitud de uno de sus lados por 10000, no por 9999 ni por 10001. Los entes de razón son creación humana y pueden ser definidos perfectamente. En cambio, si me avisan que un vecino taxista acaba de causar un accidente de tránsito, no puedo decir que es imposible porque, por definición, él es un buen chofer. Un ser vivo y cambiante no se define.
El argumento Kalam dice que todo cuanto empezó a existir tiene una causa (hay partículas que empiezan a existir sin causa, pero no importa ahora). El universo empezó a existir (lo que estamos seguros que empezó fue la expansión pero no sabemos nada sobre lo que se expandió, por ahora tampoco importa). Por tanto, el universo tiene una causa. Esa causa es Dios. Cuando se responde que Dios debería tener también una causa, se contesta que este, por definición, es causa incausada, eterno. ¿Por definición de quién? De los mismos teólogos que definieron a Dios como quien define a un polígono, sin haberlo percibido nunca. Ante la variedad de opiniones sobre el demonio –si es causa eficiente del mal o no, si puede poseer almas o no- el papa Juan Pablo II urgió una reunión de teólogos para definir una demonología. De nuevo los teólogos tratan al mismo diablo como un ente de razón y dicen lo que puede o no hacer. Supongo que si Satanás existe se reirá de esas pretensiones.
El principal propagador de la idea de definir a Dios fue san Anselmo. Lo definió como aquello mayor que lo cual nada puede pensarse. Incluso se atrevió, en el Proslogion, a analizar los atributos divinos, definirlos como quien analiza los lados de un rombo. Dijo que Dios era eterno, todopoderoso… Aquí se detuvo: ¿cómo puede ser todopoderoso si no puede mentir, hacer maldades, ser menos de lo que es o destruirse a sí mismo? No puede hacer nada de eso porque esas son debilidades, no potencias. El Dios de san Anselmo, base del argumento Kalam, es eterno por definición, no puede cansarse de ser. Termina uno con la idea de que el Dios de los teólogos lo puede todo, menos separarse de las definiciones y parámetros que los propios teólogos crearon para Él. Si lo hace, deja de ser aquello mayor que lo cual nada puede pensarse. Si Dios y el demonio son seres reales, se caracterizarán por su capacidad de cambiar como cualquier ser viviente, no de ajustarse a definiciones humanas que los limiten, no son entes de razón. Negarles la capacidad de cambiar y ajustarlos a definiciones es parte de la ambición humana de tener un universo seguro, la misma ambición que lleva a los científicos a buscar leyes fijas.


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