Revista Música
A la segunda, Arizona Baby en Cádiz. El trío de "vaqueros" vallisoletanos actúa esta noche en la sala Imagina. Habrá festín de guitarras gemelas, alardeo de rollo acústico, rock americano tirando a oscuro, pero también éxitos potenciales y canciones redondas. La banda más aclamada de los últimos meses, que se ha encaramado en lo más alto de los carteles de numerosos festivales por venir, paladea el reconocimiento de público y crítica, aunque sin soberbia. Ellos mismos reconocen que la vida es un sube y baja, y están preparados para ell. De momento, cabalgan firmes y rotundos, con un segundo disco extraordinario bajo el brazo, acaso un compendio de sus gustos e inclinaciones artísticas la mar de guapo. Vienen de compartir una experiencia única con Los Coronas, la gira Dos Bandas y un Destino, escuchen sus versiones de Wish You Were Here, de Pink Floyd, y Too Drunk to Fuck, de los Dead Kennedys, con perdón. Pero hoy cantan en formato sencillo, a ver cómo suena ese álbum en directo. Su repertorio, repleto de detalles, ofrece una postal en sepia de caminos rurales transitados por los hermanos Cohen, ironías existenciales, ritmos traviesos, voces nada complacientes, rock acústico, pop brillante, folk con aristas. Imaginemos, al calor de sus canciones, sus artistas favoritos, desde el Dylan que inventó el country rock en John Wesley Harding hasta las figuras actuales de la música norteamericana, pasando por Violent Femmes, los Burritos Voladores, los Eagles del hotel californiano, los conjuntos vocales de los setenta, el ritmo y el blues de fronteras invisibles o Johnny Cash jugando a los naipes con Willy Deville en mismo infierno. Romance en Durango asegurado.