Armando Desarmando se Llamaba el Profeta

n mi época infantil, uno de mis tantos pasatiempos, era desarmar artículos electrónicos. Varios juguetes, radios, calculadoras, etc., no quedaron precisamente en las mejores condiciones.

Muchas veces sobraban piezas, siendo ésta la mejor señal de que el artefacto no había quedado bien armado. Pués bien, una vez más la inocencia infantil me llevaba a entender un poco más de nosotros mismos.

Si hablamos de enfrentar un problema o un desafío, puedo decir, que lo primero que hay que hacer es desarmarlo. Tal como desarmar un juguete o artefacto, el objetivo siempre es saciar la curiosidad de ver cómo funciona. Extrañamente, al entender cómo funciona algo es más fácil comprenderlo. Podría decir también, que un objeto o problema desarmado puede verse desde otra variedad de puntos de vista.

Un Auto desde otra perspectiva. ¿No se ve distinto desarmado?

Por ello, me doy cuenta que la forma en que se arma el objeto no es una cuestión de azar, lo mismo con los problemas, y por qué no decirlo, lo mismo con el emprendimiento.

Como seres humanos estamos hechos de una gran cantidad de componentes químicos, los que al ver por separado, nos da una pista de quienes somos y cuál será nuestro destino final. Pero en la forma y la consecusión en el tiempo de cómo los ingredientes se van ordenando en las cantidades exactas, hecho que hace posible el milagro.

En este tiempo no nos preguntamos cómo funcionan las cosas, simplemente las usamos. La escasez de curiosidad es difícil de imaginar en un mundo como el de la tecnología. Cuando sale un producto revolucionario al mercado es difícil pensar que la competencia no corre a comprarlo, para que de una vez por todas, puedan desarmarlo lentamente, de manera de analizar sus secretos o avances.

Imagino como se deleitará la competencia del IPhone investigándolo por dentro.

Armar y desarmar. Parece ser la lógica de la vida. Te invito a usarla.

Somos buenos para aceptar las cosas, pero sin comprender cómo funcionan. esta Publicidad trabaja un poco con ese concepto, pero echando a volar la imaginación.

Si no tienes un Destornillador a mano no te preocupes. Usa tu imaginación. A veces es más potente de lo que tú crees.

¿Qué complejo no? Pero funciona.