Revista Música

"Armas esenciales"

Por L

Incubus – Light Grenades

Llegado a cierto punto del Otoño, uno ya empieza a olvidarse del sol y rezumar y rezumar las horas mientras el frío revoluciona la calle, empieza a relacionar y emparentar todas las ideas con inviernos pasados o con los por venir, o simplemente con algunos imaginarios- es en ese recodo de lo cotidiano cuando empecé a buscar algún resquicio del que aferrarme, para condicionar el paraje. Ahí se me vino a la mente una de esas estaciones pasadas, en particular una transcurrida hace unos 4 años- era helado tal cual ahora, tal vez un poco mas, lo relevante es que de fondo se oía una banda, al menos tres canciones suyas rotaban por la radio con regularidad, le daban de alguna manera a las largas caminatas diarias ese dejo de burbuja, que siempre hace mas amena la marcha… Anna Molly, Love Hurts y Dig con sus elegantes ganchos o potencia desorbitada; a su manera salvaron muchos de mis tempranos días…
Parafraseando uno de los títulos de las canciones de Incubus – ellos juegan con el agua y el aceite y lo  paradójico es que resulta, y les funciona bien. La sangre que corría en los albores de esta banda era mas bien espesa, de un sonido electrificado, distorsionado y potente, antes que todo fuerte. Al devanear en la línea cronológica del grupo esta sonoridad se va aplacando , reestructurando y suavizando, dejándose influenciar por la voz pop de Brandon Boyd (¡O si he dicho pop, que palabra mas sacrílega, já!). Muchos -tal vez demasiados- al leer la frase “voz pop”, se imaginen las penas del infierno, sin embargo ese me parece el eje primordial en el que se erige la personalidad de Incubus, Boyd le da el “algo mas” a las canciones, arman de un caos creacional; piezas refinadas, tanto instrumental como vocalmente, sin dudar las entonaciones y vocalizaciones melifluas, son parte de la esencia que importa a la hora de oír a la banda de Calabazas. ¿Por qué? – porque esta se ve compensada por ejecuciones electrizadas, al borde del funk a ratos, o incluso me arriesgaría con el metal en ocasiones, implementando atmósferas, melodías y riffs machacantes, todo eso forma parte del collage, pero todo en una justa medida. Como un asiento de doble partida los elementos accesibles que instauran a un lado, son absolutamente equivalentes a fuerza, distorsión y presteza al otro- es decir puro equilibrio , y eso no es un resultado azaroso- luego de varias intentonas, mas bien es el desemboque de una carrera que se venia pronunciando por este sendero desde hace mucho. Yo diría que pusieron a un lado de la balanza lo esquizoide del A Crow left of the morder y al otro, el formato asequible de Morning view, dejando que al final primara la propia experiencia como norte a la hora del armado de este “Light Grenades”.
Cuando ya nos internamos en la infraestructura del album se aparecen varias conjeturas, inicialmente el grupo lo definiría como 13 canciones de 13 bandas diferentes, no obstante esa primera impresión va resultando un tanto pobre a medida que la placa va profundizando. El método creativo aplicado normalmente por Incubus consistía en que Mike Einziger, creaba con su guitarra melodías, las trabajaba un poco, manteniéndolas siempre como ideas básicas, para que luego Brandon agregara letras y demases, para finalmente elegir entre maquetas y grabar. Tal vez la única diferencia significativa es que en esta ocasión el periodo de tiempo se estiro un tanto y llegaron con las 13 maquetas ya elegidas. Fue esencial también la decisión que tomaron desde su anterior disco en cual hicieron un receso para ganar mas perspectiva en relación a su entorno que muchas veces llega muy distorsionado (por la vida propia de un artista), como buscando un dejo de realidad - desde ahí se desprende otro concepto que abarca en totalidad la placa, no voluntariamente pero lo hace- y adhiere a los temas la idea de que- “el mundo esta cambiando ” y no necesariamente para bien .
Veamos, al encender un televisor , leer una revista, o simplemente vagar por Internet vas acumulando muchas impresiones que se van albergando en tu subconsciente, queramos o no, esto nos sucede a todos y en algún lugar de nuestra mente –todos- o casi-tenemos esa vaga percepción que el entramado de nuestras vidas como ser global se está moviendo. Resulta que Brandon Boyd, tiene el dominio de estos y para la escritura de las letras del Light Grenades, aplico el uso del sueño lucido. Una técnica que practica desde niño y que consiste en tomar el control de sus propios sueños y en base a ellos ejecutar autoanálisis , por ende el pilar temático del album lo podríamos centrar básicamente en la percepción del vocalista de su entorno en términos subliminales. De hecho por ahí va el titulo también, creación y destrucción dos procesos tan emparentados, pero que se miran tan separados, que resulta casi paródico. Por cierto el productor es ni más ni menos que Brendan O’Brien ¿les suena? Pearl Jam?. Ahora a desmenuzar
Quicksand, es una bellísima canción, donde emplean el uso del didgeridoo un instrumento de viento antiquísimo originario de Australia, que ya habían utilizado con anterioridad en la apertura de su disco S.C.I.E.N.C.E.  En si convergen en el tema sonoridades espesas, con la entonación calma pero apocalíptica de Boyd, que para el minuto dos la altera aplicando un breve pero atractivo falsetto. La letra es una absoluta delicia, que interpreto como el miedo a un cambio que se aproxima, asi como a la indecisión propia de afrontarlo, “Muy bien… ahora el monstruo está despierto, no descansará hasta que no haya quedado nada. Quizás de vez en cuando me olvido del dolor. Alguien aparece orientando la luz y las flores se ladean hacia el sol. Hay gente que se enamora y toca el cielo, otros se enamoran y se topan con arenas movedizas. Yo me debato en algún sitio de entre las dos partes… lo juro…No puedo tomar una decisión”. Corto pero preciso arranque, su final se ve adherido de inmediato al segundo corte y ahí hay más sorpresas.
A kiss to send us off, la podría tachar como una de las canciones de despedida más poderosas de este nuevo siglo, se apodera desde el inicio de una atmósfera opresiva que se va a agrietando y agrietando, para que entre sutilmente la guitarra con destellos luminosos, hasta meter colados unos riffs como metralletas aplastantes. De ahí el juego será cíclico- de la sutileza al vigor, una y otra vez. Entonces en el 02:43 empieza esa sección bellísima, Einziger crea ese efecto con su guitarra el mismo del principio, que aunado con la pronunciación de Boyd en las lineas “On a wire connecting our hearts. There's a string…” .Continua con un in crescendo, donde el batero acelera la pulsación hasta culminar en el apabullante, pero menos sincero estribillo. Vaya canción para finalizar una relación, o dejar la puerta entreabierta.
Dig, por acá sacan a relucir su lado mas pop, y Boyd le da coloraciones a su voz que la hacen mas cercanas al soul, flexibilizándola para suministrarle finalmente un tono dulzón a la canción. Lo primordial es que no se guardan recursos a la hora de hacerla sonar bonita. Elementos etéreos que emergen con naturalidad mientras Dig va cavando en nuestros oídos. Por cierto, nunca me ha molestado el sonido accesible, cuando este tiene un trasfondo interesante, como es este caso. Aparte la elegancia con que parte es sencillamente para rendirse.
Anna Molly, ¿Recuerdan que antes les mencionaba algo sobre el sueño lucido? Bueno Anna Molly es un producto directo de esta técnica. Derivado de la idea ensoñada de la imagen de una mujer perfecta, esta canción se menudea en ello, en la existencia o no de esta, esto se vera potenciado por el juego de palabras que da el titulo induciendo a oír la palabra anomalía, como si la existencia de esta mujer lo fuera. Musicalmente entrelaza los dos frentes en lo que se va moviendo Incubus, el celere y sugestivo al delicado y de gancho pop. La guitarra se asemeja a una mandolina a toda velocidad que le da la personalidad al tema. El manejo de la tensión del grupo es notable desde el 02:13, hasta producir ese clímax emocional del final del tema.La melodía hipnótica de Love Hurts es precisa, casi basada en el molde de Dig- es decir voz ganchera mas guitarras sutiles igual a canción segura. Podría caer en el nicho fácil que esto brinda, pero el etiquetarla asi seria demasiado cómodo e impreciso por lo demás. Es un track que brilla por fuerza propia, ya sea por esos coros bellísimos o el solo fluido del 02:34, que le ofrecen esa “alma” que canciones prefabricadas similares emulan pero no consiguen. Aunque tenga contenido cliché y sea peligrosamente pegajosa, me gusta porque una buena canción no necesita disfraces. Y esta carece de antifaz alguno.
Light Grenades, da muchas razones para tacharla de desenfrenada, apocalíptica, oscura y cualquier apelativo que no hayamos visto hasta ahora en el album. Si bien A kiss…era notablemente más subida de decibeles, estos los condicionaba a melodías y arreglos sutiles por ahí por allá. En cambio la homonima se deja desbandar por distorsión y brío sin mucho norte, realmente cuando sacan la artillería pesada, la sacan con ganas. En si este ejercicio cercano a un grunge neosecular, tampoco sé si sea un tema inolvidable, pero de que es hosco, lo es.
Earth to Bella (part I), de este punto en más las variables son menos impresionantes, ello no demerita que sean excelentes canciones, solo que son menos apabullantes. Esta rola en particular da a entender la conciencia ecológica del grupo, un tema dividido en dos, con pocas intervenciones electrificadas, primando la balada evocativa. Un freno que contrasta absolutamente al anterior, de hecho es el extremo opuesto a Light Grenades, de no ser por ese cortinaje pesado de distorsión sinuosa que empieza a aparecer del 00:45, se mantendría en un pedestal lánguido. Buena melodía pero no se si tan inteligente o adictiva como para mantener en pie toda la canción.
Oil and Water, es otra canción de amor, la estructura y el color que adopta me gusta bastante, es como si Coldplay del X & Y encarnara la instrumentación. Boyd le pone una intensidad mesurada a su voz, que dicho sea de paso, tiene una tonalidad muy propia, sin sobreactuar consigue aplicarle dejos emocionales a esta. José Pasillas, hace un buen trabajo con su batería, aplicando platillos o golpes hondos para dibujar la línea de intensidad. Las seis cuerdas son bastante prístinas y se asocian de buena forma con la atmósfera recreada por DJ Kilmore, a quien sin duda se le debe todo el clima del disco.
Con Diamonds and coal, se acentúa mas esa dicotomía insinuada en Oil and Water, ya sea por el titulo o el power pop de la canción, Pasillas se parece bastante a Will Champion en su ejecución. Unos teclados etéreos y en segundo plano, van dando la forma . Si hubiera que cercenar alguna pista para vislumbrar el rumbo que toma esta placa en su segunda mitad, usaría esta, por su evidente tendencia a la armonía asequible. La temática ronda en torno al amor complicado otra vez, Boyd le dice a la chica, que las relaciones toman tiempo, que hasta el carbón para convertirse en diamantes requiere de eso, no es una gran metáfora, pero ejemplifica bien.
Como un grito a la revolución intelectual y de paso como una pulsación acelerada anómala llega Rogues, de esos pocos pero bienvenidos acelerones. Al inicio uno pensaría que continuaría con el aura melódica hipnótica, que se venia alargando, no obstante entre esos devaneos y coloraciones vocales como si el mismisimo Jeff Buckley se hubiese levantado de la tumba a cantar, se desaparecen de la mente en un santiamén al 0:25, que es cuando los riffs desordenados pero asesinos se precipitan con estrépito. Pese a lo rustico y cavernoso que pueda sonar .Su estribillo destilara lo pastoso de siempre… el solo del 02:47 eriza los cabellos con pura estática y resonancia!!!. Cambio de velocidad excelente al recorrido.
Paper Shoes, retorna al abrigo de las sonoridades adictivas, pero con una clara columna acústica, la guitarra de palo dibuja los senderos siempre bellos en los que se desenvuelve el tema, las imágenes de la canción son también bastante sugestivas, con el símbolo lírico de los zapatos de papel y la fragilidad de estos, refracta esa debilidad emocional que trasmite. Más contenidos en cuanto a adrenalina, pero también más precisos una vez más.
Ya para el cierre, se dan la posibilidad de experimentar un poco, con Pendulous Thread, casi un experimento setentero desordenado, con harta guitarra espontánea y peligrosa distorsión, esa es la palabra PELIGROSA, estos muchachos también muerden con sus guitarras cuando quieren, prueba de ello es este esquizoide péndulo que nos enrolla el cuello y por poco, muy poco decapita. Contrasta en lineas generales con todo lo previo y sin embargo conserva ese dejo de globalidad, es interesante sin duda – interesante -
Earth to bella (part II), es la otra mitad que corto la bisectriz, en esta ocasión mas acompasada, con mas teclados y menos lírica, vendría siendo la pieza impalpable, que busca igualar el delicado equilibrio de Light Grenades, lo cual lo deja a uno con la sencilla idea de que un gran disco pasó por nuestros oídos, en ese instante en que ETB (PII) cierra la ultima puerta…o mejor dicho lanza la ultima granada.
Puede que se hayan dosificado en exceso la carga de volteos que habían acumulado durante su carrera, puede también que por esquivar lo obvio hayan simplificado en exceso, pero aun asi, el resultado es atractivo en todo el espectro que esa palabra pueda acuñar, melodías volátiles, guitarras disparando balas de riffs, flexibilizaciones vocales que embrujan, letras profundas, a ratos obvias tambié., Son todo un conjunto que deja buen sabor de boca y ante todo, hace pensar. Tal vez el panorama ya no sea tan apremiante globalmente como ese 2006, y sin embargo persiste esa interrogante en el aire…algo esta cambiando o no?
·   Tracklist
·   Quicksand·   A kiss to send us off·   Dig·   Anna Molly·   Love Hurts·   Light Grenades·   Earth to Bella (part I)·   Oil and Water·   Diamonds and coals·   Rogues·   Paper shoes·   Pendulous Threads·   Earth to Bella (part II)

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