Todo un aventurero, desde luego que sí. Llegó a caracterizarse como un ciudadano turco oriundo de Estambul y también como un derviche.
Esas proezas fueron populares cuando se publicaron en forma de libro. De hecho, rivalizaron con las del británico Richard F. Burton, el descubridor de las fuentes del Nilo. Entre Burton y Vambery existió una gélida relación. Eso en el mejor de los casos. Por otro lado, es posible que bajo los ropajes del erudito húngaro se ocultasen los del espía. Sus viajes al Asia Central tienen lugar en la década de 1860, fechas en las que tenía lugar la rivalidad conocida como el Gran Juego, entre Gran Bretaña y Rusia.
Este sería el equivalente aproximado de la guerra fría durante gran parte del siglo XIX (1837-1907). Un sordo enfrentamiento entre ambas potencias por el dominio de la zona. Gran Bretaña veía amenazado su dominio sobre la India y sus intenciones respecto a Afganistán por el expansionismo ruso. Por su parte, Rusia veía en los ingleses un freno para su política de anexiones.
Y ahí es donde interviene Vambery. Es más que probable que, durante sus viajes, cambiase de identidad para mantenerse a salvo de los fanáticos religiosos. Pero también le sería muy útil para no ser reconocido como un agente al servicio de la inteligencia británica.
En 1888 recibió una alta condecoración de manos del Príncipe de Gales. Sin duda, una recompensa por algo más que la anglofilia de la que hacía gala el erudito.

¿Cuándo empieza su relación con Stoker? Su asociación comienza en la primavera de 1890, el treinta de abril para ser más exactos. Tras asistir a una representación en el teatro Lyceum, es agasajado por Sir Henry Irving, su propietario y principal estrella. Disfrutan de una cena en The Beefstake Room. Dicha sala era el despacho de los anteriores propietarios del teatro, quienes habían instalado una parrilla para asar carne cuando el ajetreo les impedía salir a almorzar en un restaurante.
Irving restauró la sala para celebrar cenas, y allá se homenajeaba a los invitados de honor. Sir Henry era un anfitrión muy selectivo. Por lo demás, ahí encontramos a Bram Stoker, en calidad de gerente del teatro y mano derecha del actor. El irlandés se ocupaba, además, de confeccionar los menús y de ubicar a los comensales en de la mesa. Es decir, que Irving invita a Vambery, y Stoker actúa como jefe de protocolo.
Supuestamente, en la conversación de la sobremesa salieron a relucir las numerosas supersticiones de la patria de Vambery. Entre ellas, los vampiros. Según Harry Ludlam, autor de la primera biografía publicada de Bram Stoker, A Biography of Dracula: The life Story of Bram Stoker (1962) en esa conversación se hizo mención a la misteriosa Transilvania.
Por lo demás no hay constancia de que Stoker y Vambery mantuviesen correspondencia alguna. Y eso que se ha conservado parte de la prolija correspondencia del irlandés. Hay una obra de alto contenido autobiográfico que recoge la época que Stoker estuvo relacionado con Irving.
Me refiero a Personal Reminiscences of Henry Irving. En las páginas dedicadas al encuentro con Vambery, sale a colación la novela. Sin embargo, hay autores que interpretan que esas líneas de la novela son un homenaje, sino una manera de agradecerle a Vambery su hipotético asesoramiento.
Tampoco por parte de Vambery existen pruebas de un supuesto intercambio epistolar. Tampoco hay mención alguna en sus obras a cualquier relación con Drácula. Voy más lejos: en ninguna de las obras escritas por el eminente húngaro sobre a su tierra natal existe referencia al Drácula histórico.
Al margen de su coincidencia en The Beefstake Room, ambos caballeros volvieron a encontrarse sólo una vez más el resto de sus días. Fue en 1892 en Irlanda, con motivo de la entrega al húngaro de un galardón, por parte del Trinity College. Tampoco, en esta ocasión, hay indicio alguno de que la cuestión de Drácula o los vampiros saliese a colación.
Es muy posible que toda la hipotética relación de Vambery con la novela esté contenida en una coincidencia de nombre en estas líneas del capítulo dieciocho: «Le he pedido a Arminius, de la Universidad de Buda-Pest, que, con todos los medios a su alcance, me haga una relación detallada sobre él, poniéndome al corriente de su vida pasada».
Pero ¿Y si por el contrario, la relación de Stoker con un agente como Vambery hubiese sido llevada con discreción y el propio Vambery hubiese sido quien introdujo a Stoker en la inteligencia británica? ¿Quizás por haber trabajado previamente con su hermano George?
¿Fue un error de Stoker en esa cita no anonimizar el nombre del agente?Desde luego en la versión sin censurar Van Helsing escribe a Vambery (de 64 años en 1894) como viejo conocido. ¿Y si incluso Van Helsing fue el nombre en código de Stoker y existió efectivamente una relación secreta entre los agentes?
Fuente: José Luis González Martín