Cuando uno sube río Cidacos arriba, tras dejar atrás Arnedo se llega a la población de Arnedillo, y ese estrechamiento y arremoline del poblamiento, llama la atención el camposanto de Arnedillo, que vemos al otro lado del río, y colgado de la pétrea ladera. Un cementerio que llama la atención por ese encastramiento, bajo la la sombra del castillo que hubo en la zona y que aún muestra de forma orgullosa sus restos como son la torre y un trozo de lienzo de la muralla Se cruza pues el viejo puente sobre el Cidacos, y tras pasar la puerta nos damos con un singular cementerio que iré tratando al menos en otra entrega.Ahora solo quiero hacerme eco de la pequeña colección de cruces de hierro colado que pueblan este pequeño recinto mortuorio. Lo cierto es que no son muchas y están en lo que fue la parte más antigua del Cementerio, que es un cuadrado oblongo, como se dice en masonería.E, esa parte , según se entra a la derecha, encontramos esa pequeña colección dispersa por el cementerio. Como siempre son cruces que están complementadas con las clásicas placas de metalgrafica (placa de hierro y porcelana) las cuales presentan varios motivos simbólicos:Con respecto a otros cementerios, aquí he visto cruces dentro de pequeños arcos, lo cual les da toda una bella esbelted, aunque es una pena el abandono que algunas de ellas muestran: Detalles de las cruces de Arnedillo.
Otras tres cruces de Hierro en Arnedillo Dentro del conjunto de cruces , llama la atención la recuperación y la dignificación de esta cruz, que ha sido instalada en la remozada tumba de Juan José Etxebeste Elizondo , y que recoge los fallecimientos de Lucilo Rubio Rubio (+1978) Josefa Saénz de Rubio (+1954) Cesáreo Saénz Calvo (+1949) María Rodríguez de Saénz (+1950)
Textos y Fotos@Victor Guerra