En este fragmento se describen dos tipologías de la arquitectura doméstica bizantina durante el periodo medio: las viviendas de las clases media y humilde, y los monasterios. Aunque en el primer caso no hubo grandes variaciones respecto a modelos precedentes, los ejemplos que se conservan de los segundos ofrecen un testimonio mucho más rico de lo que fue el periodo de máximo esplendor del arte bizantino.Fragmento de Arquitectura paleocristiana y bizantina.De Richard Krautheimer.Capítulo XVI.Desde fines del siglo IX hasta el XI y el XII, pues, la arquitectura religiosa en la capital y en todo el Imperio sigue siendo inmensamente fértil. Se establecen nuevos tipos, y se desarrolla un estilo arquitectónico, el bizantino medio, sumamente evolucionado y artificioso. La arquitectura doméstica, en cambio, permanece al parecer aferrada a tradiciones ancestrales, aunque las pruebas de que disponemos no permiten sino un juicio provisional. Nada sabemos de las moradas de los pobres, seguramente chozas, como tampoco de las casas de labor. En Constantinopla sólo se han encontrado unas cuantas casas del Período Medio. Nuestro conocimiento de las viviendas de las clases medias se limita a un puñado de residencias y edificios comerciales excavados en algunas ciudades griegas. En Atenas, la casa urbana de la clase media formaba un bloque, más o menos cuadrado, con un patio en el centro como fuente de luz y ventilación; las habitaciones envolvían este peristilo por los cuatro lados. Unas cuantas casas del siglo XII excavadas en el Ágora nos brindan algunos ejemplos, y al mismo tiempo ponen de manifiesto la continuidad de la distribución en la zona del Egeo durante más de mil quinientos años. Estas casas del siglo XII no se distinguen de las del siglo V que las precedieron en el Ágora, o, lo que es igual, de las casas del siglo II de Dura-Europos (Qalat es Sālhīye), o de las viviendas urbanas de Delos y Priene de los siglos I, II y III a. C. Asimismo la antigua calle de las tiendas, de ascendencia griega y helenística, se conserva todavía a veces en el siglo Xll. En Corinto se han encontrado casas más sencillas compuestas de dos o tres habitaciones rectangulares, paralelas entre sí y a veces subdivididas por un par de soportes. Las casas de manzana así como las de peristilo, más cuidadas, tenían a veces pisos superiores. Pero la pequeñez de los cuartos y —en las casas de manzana— la pobre organización de la planta convertía estas edificaciones la mayoría de las veces en simples madrigueras.En cambio, la arquitectura doméstica eclesiástica —valga la denominación— es de aspecto más monumental. Nos han llegado numerosos ejemplos en forma de monasterios en Grecia, muchos bien conservados. Los monasterios de Hosios Meletios cerca de Megara, de Sagmata en Beocia, y la Gran Lavra en el Monte Atos representan el tipo a la perfección. Un gran rectángulo o trapezoide, encerrado en un muro fortificado, envuelve un amplio patio. La iglesia se levanta en el centro del patio. A lo largo del muro se alinean almacenes, establos y talleres; contra esta fila interior de locales de trabajo o directamente contra el muro se extienden las celdas de los monjes, dispuestas en largas filas de cara al patio. En Hosios Meletios eran de un piso, pero con frecuencia se construían de dos, tres o cuatro plantas. En tal caso, las celdas tenían acceso desde galerías abiertas; Kutlumusíu en Monte Atos nos brinda un buen ejemplo, aunque tardío. Uno de los lados del rectángulo, frecuentemente el opuesto a la iglesia, está ocupado por el refectorio (trapeza) y la cocina. El refectorio suele ser una pieza alargada, de una sola nave y rematada en un ábside: el refectorio de la Gran Lavra de Monte Atos es un buen ejemplo. Una mesa larga con bancos corre a lo largo del eje central, o bien se colocan unas mesas semicirculares (sigmata) junto a las paredes, empotradas en nichos rectangulares. A veces las mesas se cobijan bajo nichos semicirculares abiertos en los costados de la sala. A veces se levanta un baldaquino sobre la fuente (phiale), delante de la iglesia. En ocasiones hay una casa de baños y una enfermería (nosokomion) fuera de las paredes de la abadía; esta última adopta la forma de cruz inscrita, con su tramo central ocupado por una chimenea que servía como hogar y cocina para los enfermos. En todo el monasterio, todas las dependencias eran abovedadas: celdas, talleres, refectorio, enfermería, cocina y baños.Todo ello evidentemente se remonta a una tradición que en el siglo XII tenía más de medio milenio de antigüedad. El rectángulo fortificado recuerda al monasterio del siglo V de Dafni o el de Santa Catalina en el monte Sinaí. Las filas de celdas de varios pisos precedidas por galerías abiertas derivan del tipo de casa de la Baja Antigüedad que se refleja igualmente en las pequeñas casas de pueblo de los siglos IV, V y VI en Siria. Los refectorios con nichos salientes en sus flancos están evidentemente relacionados con las salas de banquete de la Baja Antigüedad; una de estas salas —la Dekanneacubita, probablemente del siglo VI— se conservaba al parecer en el Palacio Imperial de Constantinopla. En resumen, la distribución de los monasterios del Período Bizantino Medio en Grecia, así como sus detalles, son supervivencia en gran parte de la Antigüedad tardía —tanto pagana como cristiana— y de la época protobizantina.Fuente: Krautheimer, Richard. Arquitectura paleocristiana y bizantina. Madrid: Ediciones Cátedra, 1984.