La base de su trabajo y de sus tendencias en el diseño se sustentan sobre todo en un rechazo absoluto a la linea recta sustituyendo esta por la curva y en especial por la espiral como eje de sus diseños. Además un amor absoluto por los colores en una amplia paleta y un gusto por los acabados y las formas orgánicas reflejadas en sus obras.
Como arquitecto, se oponía radicalmente al diseño de la misma desde el punto de vista de las lineas rectas. Él creía que esto refleja un poco la vileza y miseria del ser humano, por tanto, consideraba el diseño en general de las grandes ciudades como espacios monótonos y regulares que enclaustraban a las personas.
Hoy en día esta visión ecológica y sostenible de la arquitectura está muy presente, pero en su momento fue un artista revolucionario por la inclusión de este tipo de diseños en su obra. Siempre teniendo presente la preservación de la naturaleza y la arquitectura de las viviendas como una expresión personal de cada uno de sus propietarios.
En su idea de la espiral como fuente generadora del diseño de su arquitectura el ser humano estaba en el centro de esa espiral y éste se va relacionando con el entorno en diferentes capas y estratos. El primero sería la propia piel, después estaría la ropa y a continuación la casa. Esto explica su forma de ver la arquitectura como un expresión y prolongación del ser humano. El siguiente estrato por supuesto sería la comunidad o vecindad y así hacia las ciudades.
Nunca cobró nada por sus diseños de arquitectura. Se le ha comparado muchas veces con Gaudí por lo expresivo de sus fachadas y acabado en las viviendas y por su gusto en las formas curvas y aspecto orgánico de sus edificio. Diseñó y construyó más de 30 obras, incluyendo viviendas, museos, iglesias y jardines, siempre rompiendo la linea recta para entregarles a sus habitantes "un espacio para amar". Además diseñó sellos postales, banderas y ropa de vestir, entre otras actividades.
Discurso de 1981 al recibir el Gran premio de las artes visuales de Austria: "el arte de hoy en día es una degeneración. Hace mucho tiempo que los artífices y tratantes de lo artístico no son ya los artistas propiamente dichos, sino una pequeña "mafia" internacional, compuesta de intelectuales frustrados, frustrados porque tales imposturas no interesan al gran público y tampoco les contentan a ellos mismos. Esos artífices y tratantes, que hacen de directores de museos, de periodistas y teorizadores, son parásitos de nuestra sociedad. Nuestro auténtico enemigo es esa necedad incapaz de distinguir lo verdadero de lo falso. Habría que detener y encerrar en una cárcel a todo director de museo que gastase fondos públicos comprando mamarrachos"
En su manifiesto Your Window Right donde sugería como una obligación plantar arboles en el espacio urbano afirma: "El que vive en una casa debe tener derecho a asomarse a su ventana y a diseñar como le guste todo el trozo de muro exterior que pueda alcanzar con el brazo, así será evidente para todo el mundo desde la lejanía que allí vive una persona."