Autor | José Javier Quintana
Apreciados Lluis Comerón y resto de consejeros de CSCAE.
He leído con detenimiento el programa del recién electo presidente. Veo que se han trasladado muchas de las medidas que ya se habían aplicado en el COAC, que en general son acertadas, aunque eso no quiera decir que no sean mejorables o que no se puedan proponer otras soluciones mejores.
No, no voy a desmenuzar el programa punto por punto, me centraré únicamente en mi especialidad, en el apartado “Mejora de las condiciones del ejercicio profesional, competitividad y diversificación de los arquitectos”
Vamos por partes como diría Jack el destripador
21.12.2017. Conferencia en el COAVN de Patxi Mangado
Condiciones del ejercicio profesional
Sin empresas serias y competitivas es imposible que haya buenas condiciones laborales y menos para el personal más cualificado. La clave es la competitividad.
Competitividad
Patxi Mangado en su conferencia del 21-12-2017 en el COAVN nos repetía que la arquitectura española está muy bien valorada en el mundo como demuestra el hecho de que tiene una presencia muy importante en la docencia y se quejaba amargamente de que los arquitectos españoles no son competitivos en el mercado global, debido a que sus organizaciones, vamos a llamarlas así, no tienen infraestructura suficiente como para generar confianza en la solvencia técnica y la capacidad de respuesta ante volúmenes de encargo importantes. Patxi hace un diagnostico certero.
La solución no es sencilla y pasa por conseguir generar grandes empresas solventes y competitivas a nivel global. No hay porque renunciar a la calidad arquitectónica (Foster, ACXT o Nikken no lo hacen) y ni tampoco a generar grandes corporaciones como Aedas o Gensler.
Para entender la competencia es esencial saber por qué algunas empresas son capaces de superar a sus rivales. Una compañía alcanza la rentabilidad superior en su sector si consigue precios más elevados (genera más valor) o costes más bajos que sus rivales (es más eficiente). Estas diferencias de precios o de costes entre competidores surgen de dos fuentes diferentes: estratégia o mejores prácticas.
Todas las compañías deben mejorar continuamente el rendimiento operacional de sus actividades; sin embargo, esta es una competición difícil de ganar. La mayoría de las veces, las diferencias de rentabilidad surgen de tener una posición estratégica distintiva o cuando las empresas “compiten para ser únicas”, lo cual es, a la larga, más sostenible que competir para ser el mejor. Es el caso del sector de la arquitectura donde lo importante está en la capacidad de generación de valor percibido para un grupo de clientes. Hablamos de estrategia (innovación, de orientación al cliente, etc.) más que de costes.
En definitiva, si se quiere mejorar la competitividad de la arquitectura española hay que tomar una serie de decisiones estratégicas que respondan a las preguntas:
- ¿Cómo es mundo/mercado en el presente y en el futuro?
- ¿Qué queremos ser? To be or not to be
- ¿Cómo vamos a ser competitivos? es decir ¿por que nos van a comprar? That´s the question
Hacer un análisis certero de la situación y definir la estrategia competitiva, el modelo productivo y su posicionamiento, paso previo a la redacción de un plan de marketing, acción que se propone en el programa y que está muy bien pero que si se hace en las condiciones actuales de la profesión no servirá para hacernos más competitivos, si no más conocidos.
Diversificación.
En el programa para solucionar el problema de que igual somos demasiados se propone agrandar la demanda. Se habla de diversificar y se cita como una enorme oportunidad la regeneración y rehabitación.
Si lo que se pretende es agrandar la demanda el planteamiento debe ser global y diferenciar dos líneas de negocio: la práctica clásica de la arquitectura y la búsqueda de nuevos yacimientos de empleo.
La práctica clásica de la arquitectura necesita un proceso de Concentración empresarial. Sirva como ejemplo el proceso realizado por la banca, por las grandes empresas de energía y construcción en España e incluso por las ingenierías, con sobresalientes resultados: empresas competitivas a nivel global.
Santander, BBVA, Caixa, ACS, Ferrovial, Acciona, Gamesa, Iberdrola, etc.
La practica clásica puede dar trabajo a 30.000 arquitectos y si se globaliza esta cifra puede crecer considerablemente.
Fuera de la práctica clásica conviene repasar el concepto de las derivas profesionales del arquitecto para enfocar la búsqueda de nuevos yacimientos de empleo en aprovechar las oportunidades en campos como las nuevas tecnologías, el cambio a la era digital, la búsqueda de nuevas campos donde la arquitectura pueda ofrecer soluciones a la sociedad (aquí entran la regeneración y rehabilitación), la inclusión de la arquitectura en las nuevas tendencias de mercado, etc.
El objetivo debe ser conseguir empleo para alrededor de 30.000 arquitectos.
En definitiva, la pregunta que hay que contestar es ¿cómo conseguir mejorar la competitividad? Este seria un asunto capital para discutir en el congreso que en enlace programa se propone realizar.
¿Fácil?
Pues la verdad es que sí, pero permitidme que os diga que después de muchos años conociendo cómo funcionan los estudios de arquitectura, hechas algunas honrosas excepciones, y los colegios, que tienden a ver a las empresas de arquitectura como amenazas, mucho me temo que mi amigo Patxi Mangado va a tener que estar mucho tiempo repitiendo lo mismo…