Revista Sociedad
Zapatero ya no tiene que fingir cabeza alta... ni negar más crisis, ni ilusionarnos con cifras del paro utópicas, o marearnos con ese talante y buenrollismo galopante de oreja a oreja. Ya no hace falta que siga protagonizando su personaje político, su falsa sombra de hombre consecuente. Porque hace tiempo que ha dejado de serlo. Porque ha hecho lo impensable en el socialismo. Lo intragable entre las bases obreras. Pero todo sea por la patria de la gran banca...
Por eso ahora Zapatero huye. Por eso ahora se escapa del batacazo electoral. El mismo varapalo que quemará políticamente a su sucesor. Tragar con todo el sapo zapateril posiblemente sea la última misión del incombustible Rubalcaba, un hombre que ya está de vuelta de todo, incluso de la política, que no es poco.
La opción de Carme Chacón, ni por asomo, que este país no está preparado cultural ni socialmente para dar semejante salto.