La verdad es que es uno de los libros que más me ha costado seguir, al menos la primera mitad. Creo que he seguido leyendo por una mera cuestión de fidelidad. Lo que más me costaba de la lectura era precisamente el protagonista masculino, Cameron Quinn, que es, así hablando en plata, un gilipollas integral de cuidado.
Ya sé que en la novela romántica los protagonistas tienden a ser gallitos, un poco salvajes, con mucho temperamento, etc, etc, etc. Pero es que lo de Cameron era el colmo. Superficial y egocéntrico donde los haya, no conseguía encontrarme a gusto con su lectura.
Pero, ¡milagro de los milagros!, hacia la mitad el libro mejora a toda pastilla, y probablemente se trate del modo en que el propio Cam se va acercando a Seth, el último hijo adoptivo de su padre. Vas descubriendo conforme lees que no es tan gilipollas como parecía, y acaba hasta cayéndote bien.Pero son muchas páginas de «hola, soy un cretino», y eso le quita muchos puntos. Aun así la saga me llama la atención, en especial por el tercer hermano, Ethan. Me ha parecido adorable y tengo unas ganas locas de echarle el guante, digo, los ojos.3. Para Pasar el Rato