Título original: Drag Me to Hell
Director: Sam Raimi
Guionistas: Sam Raimi
Ivan Raimi
Intérpretes: Alison Lohman
Justin Long
Lorna Raver
Adriana Barraza
David Paymer
Dileep Rao
Reggie Lee
Bojana Novakovic
Productores: Grant Curtis
Robert G. Tapert
Sam Raimi
Fotografía: Peter Deming
Música: Christopher Young
Montaje: Bob Murawski
Nacionalidad: Estados Unidos
Año: 2.009
Duración: 99 minutos
Edad: 18 años
Género: Suspense, Terror
Distribuidora: Universal Pictures International Spain, S. L.
Estreno: 31-07-2.009
DVD Alquiler: 03-12-2.009
DVD Venta: 28-01-2.010
Página WEB: Ficha completa en IMDb
Web Oficial de la película en España
Web Oficial de la distribuidora en España
Tráiler de la película en YouTube
Calificación:
Crítica: 6,254 Espectadores: 436.461
Vizcaya: 6,617 Recaudación: 2.565.982,36 €
España: Puntos (Popularidad):
Rugoleor: Ratio de popularidad:
Sinopsis:
Christine Brown es una ambiciosa apoderada de un banco de Los Ángeles que sale con un hombre encantador, el profesor Clay Dalton. Todo les va muy bien hasta que la misteriosa Sra. Ganush va a verla al banco para pedirle que retrase las mensualidades de su hipoteca. Ahora bien, ¿debe Christine hacer caso de su instinto y ayudar a la anciana? ¿O quizá sería mejor negarse y quedar bien con su jefe, el Sr. Jacks y conseguir un ascenso? Christine se inclina por la segunda opción, por lo que la Sra. Ganush pierde su casa. La anciana decide vengarse y le manda la maldición de la Lamia, convirtiendo su vida en un infierno. Perseguida por un espíritu malvado y ante la incomprensión de su escéptico novio, Christine busca la ayuda del vidente Rham Jas para salvar su alma de una condenación eterna. En un intento de ayudar a Christine a recobrar una vida normal, el vidente la guía por una frenética carrera para invertir el hechizo. La pone en contacto con la única mujer que puede ayudarla realmente, se trata de una vidente llamada Shaun San Dena. Pero las fuerzas del mal se acercan y Christine debe enfrentarse a algo impensable: ¿hasta dónde está dispuesta a llegar para librarse de la maldición?
Tras la multimillonaria trilogía “Spider-Man”, Sam Raimi regresa al género que le vio nacer con una película deliberadamente pequeña en la que Alison Lohman encarna a la humilde empleada de banco que deberá hacer frente a las consecuencias de su ambición profesional. Para afianzar un ansiado puesto en su oficina bancaria, se negará a extender el crédito de una anciana gitana (Lorna Raver), que termina por maldecirla, con todas las malditas consecuencias.
Crítica:
05.08.2009 – ANTON MERIKAETXEBARRIA
La hipoteca del terror
Sam Raimi es uno de los pocos directores actuales que sigue cultivando con fruición el cine de género tradicional. De ahí que su último esfuerzo creativo, “Arrástrame al infierno”, entronque sin esfuerzo aparente con otros exitosos títulos suyos, incluidos “Ola de crímenes”, “Premonición” y “Posesión infernal”. En esta ocasión, una empleada de banca, amenazada de muerte por una anciana clienta, es el detonante argumental de un desfile de situaciones límite, propiciado por la negativa a conceder el préstamo de una hipoteca, con lo cual la trama es de rabiosa actualidad, al menos en España. Unos personajes atávicos y un ritmo desenfrenado preside la escenografía de esta amena película, filmada por Raimi con su habitual gusto por el 'gore' y la pestilencia propia del caso.
Porque lo que interesa en “Arrástrame al infierno” es la descripción de atmósferas enloquecidas, donde el vil metal se convierte en el 'leitmotiv' de toda la trama, aliñada con sustos y giros de guión capaces de despistar al más curtido espectador. A partir de ahí, arropados por una estética siniestra, que hace de un parking un verdadero espacio neogótico, los personajes del filme se enzarzan en un despiadado toma y daca, en sintonía con un cuento de terror como mandan los cánones.
Así que partiendo de elementos propios del más tópico cine terrorífico, el autor de “Spider-Man” propone y consigue una entretenida película de terror, una especie de juguete sangriento que debe tanto al 'gore' tradicional, como a los turbios dramas primerizos de los hermanos Coen, con los que ha colaborado Raimi en alguna que otra ocasión. Un cuento del más puro horror, servido con sangre, suspense, la imprescindible hemoglobina y un malévolo sentido del humor, a mayor gloria de un lustroso plantel estelar, identificado con los diferentes papeles. Lo cual da paso a una irónica relectura truculenta, sardónica y autorreflexiva respecto al cine de terror eclosionado a finales de los años 80, llevado a cabo por San Raimi con rabiosa precisión.