Revista Educación
Dice la autora:
"La mayoría de nosotros apreciamos, e incluso fomentamos en nuestros hijos, la risa, la creatividad y otras formas agradables de autoexpresión. Sin embargo, cuando un niño expresa dolor, rabia, celos, soledad, desilusión o pena, somos propensos a detener el sano flujo de sentimientos, dificultando su desarrollo e interfiriendo en su bienestar emocional. la tendencia de buscar maneras de solucionar la situación puede distraernos de la necesidad del niño de liberar sentimientos "
Hace bastante tiempo que leí este párrafo y lo tenía pendiente ya que me pareció que podía revelarme mas de lo que se entendía con una primera lectura. Ultimamente estoy escribiendo menos y es porque lo necesito menos. Si, este blog existe porque lo necesito ( necesitaba ?). Desde que lo inicié me preguntaba interiormente ¿Por qué lo escribes?...y las respuestas venían de diferentes partes de mi ser...del ego...y también del corazón. Creo incluso que durante un tiempo era mi forma de amar, de salir de mi para entrar en contacto con quien quiera que fuera el que leía mis posts. También me di cuenta que el hecho de no tener apenas comentarios era un forma que tenía el universo (= Dios) de enseñarme a trascender la necesidad de reconocimiento. Y siento que superé "la prueba" ya que he seguido escribiendo con idéntico entusiasmo. Siento que se caen algunos velos que cubrían mis certezas y camino mucho mas ligera. Una creencia puede ser desmontada de repente, sin tu quererlo, deja de ser cierta y se va...como cuando un reptil cambia su piel, sin mas...sin meterle cabeza.
Los ajustes que se han hecho en mi forma de educar gracias a este libro, me permiten ahora actuar de una forma mas natural y amorosa, por tanto, ocurren situaciones a diario en las que aplicarlo pero no soy consciente de como las resuelvo porque la nueva forma ha venido a sustituir a la otra, en la mayoría de casos. Supongo que como cuando aprendes a conducir un coche con marchas que llega un momento que ya no piensas todo ese lío de embragar, pie hacia delante, pie hacia detrás ( yo solo se conducir automático y el standard me parece lo mas complicado del mundo).
Por tanto, aunque me faltan partes del libro super interesantes relacionadas con el título de esta entrada, me temo que los posts serán mas espaciados en el tiempo.
Como ya conté en una ocasión, mi energía ahora está mas en la acción que en la reflexión. Estamos acondicionando un campito para los niños y mi creatividad y alegría actualmente van en esa dirección.
y finalizado este preámbulo...unicamente compartir la reflexión sobre el fragmento de hoy.
Pienso que si les enseñamos a nuestros hijos que el llanto, la rabia, la tristeza son emociones inherentes al ser humano y por tanto, naturales, positivas y que deben ser expresadas porque el hecho de no hacerlo puede provocarle desequilibrios varios, estaremos favoreciendo que sean seres humanos, ya para empezar, que se sepan escuchar a sí mismos y se permitan liberar lo que tenga que ser liberado.
¿Por qué digo esto? porque si no relacionáramos llanto, rabia , tristeza con algo NEGATIVO, no nos asustaríamos tanto cuando nos sentimos tristes o lloramos sin parar durante unos días. A lo mejor gastaríamos menos en anti-depresivos si aceptáramos nuestros estados de ánimo como algo natural y simplemente gastáramos nuestra energía en saber de donde proviene, qué necesita ser desbloqueado, superado, abandonado o sencillamente, dejar ir a través de esa emoción.
Solo hace falta ir a Google y poner "liberar emociones" y aparecerán todo tipo de terapias, métodos y artículos para precisamente liberar emociones bloqueadas, la mayoría desde la infancia. Oye..y todas estas terapias cuestan una pasta...mira todo lo que les podemos ahorrar a nuestros hijos en un futuro si les permitimos tratar con sus emociones amorosamente desde ya.
Y esto solo lo pueden aprender si cuando experimentan estas emociones se sienten ACEPTADOS y AMADOS por sus padres. Y conforme crecen ir introduciendo estos conceptos a través de los cuentos o una simple charla con palabras sencillas.
Para poder aplicar esto, sin duda, lo primero que debo hacer es yo misma creérmelo e integrarlo. Habitualmente mi manera de integrar algo como verdad para que ya me acompañe de por vida es con la experiencia personal, es decir, un hecho significativo. Y ayer la vida me lo dio.
Ayer, Mónica y yo fuimos un ratito al campo para ver la mesa de agua y arena que estamos preparando, las maderas que nos regalaron para hacer material Montessori y para seguir devolviéndole la dignidad a una casa que por las circunstancias que sean, se ha abandonado. Como es habitual solemos hablar mucho de nuestras emociones y cuestiones personales y ella me dijo que había estado revisando el libro que ha escrito antes de presentarlo a las editoriales y que como refleja cuestiones de su infancia había llorado. Inmediatamente mi inconsciente dio por sentado que Mónica estaba triste y como la quiero mucho, pues mi mente buscaba la manera de animarla y en esa búsqueda racional, me quedé bloqueada y me sentí incapaz de decir nada divertido. Y ahora viene lo mejor...cuando nos despedíamos en el coche le dije "Anímate hija " y ella me contestó muy naturalmente "No, si estoy bien, que haya llorado no significa que esté triste...estoy así porque no estaba del todo presente, nada mas". Y es cuando me acordé de este fragmento y de esa enseñanza oculta que intuía que traía consigo.
Si yo no hubiera asociado llorar con estar mal, no hubiera perdido el tiempo en pensar como animarla puesto que, como no tenía que animarla, esa búsqueda solo podía llevarme a la frustración. De hecho, si en verdad hubiera estado triste, lo que habría intentado aplicar es otra forma que tenemos los adultos de evitar el llanto del niño: la distracción. Y según el libro, también es una táctica discutible. Pero este es otro post...
Salud!