- ¡Arrepentíos! El fin está cerca.
- ¿Qué le pasa don Rojelio? La profecía maya es una tontería.
- No don Pepino, no son los mayas los que me preocupan.
- Entonces ¿A qué viene ese amanecer apocalíptico?
- Si el PP la única solución que encuentra es la de subir los impuestos, nos podemos dar por jodidos.
- Ya lo ha explicado el ministro Montoro. Si la gente no fuera tan insolidaria y pagara el IVA que tiene que pagar, no habría necesidad de subirlo.
- Claro, claro. Así, los que están pagando, que sigan pagando, pero más, y los que no, si antes no pagaban, ahora que lo suben van a pagar por los dídimos, que a lo mejor está feo decir aquí “por los cojones”. Y por eso, a los solidarios que tienen el dinero negro a espuertas les van a cobrar sólo el diez por ciento si tienen a bien declararlo, mientras que a los solidarios que pagan religiosamente, es decir, de milagro, les soplan hasta un cincuenta por ciento o así. Coherencia se llama la figura.
- Usted siempre lo tergiversa todo. Además, no olvide que esto es herencia de Zapatero.
- Tampoco olvido que los suyos sabían lo que había que hacer para que los mercados recuperaran la confianza. Pues menos mal que lo sabían. Eso sí, vamos a terminar sabiendo economía antes que leer. Que si el Frob, que si el Mede, que si la prima de riesgo, que si la puta que los parió. Esto último igual no es economía, pero es verdad.
- Usted siempre tiene que apuntalar su falta de argumentos con algún exabrupto.
- Y dé gracias que ya perdí el acento sevillano, porque sino, me cagaría en “tos” sus muertos más frescos.