Confieso que me llamó la atención
la palabrita en el contexto en el cual fue usada que es este:
“Al igual que lo tuvo Sara, Jochi
–como la llaman–, tiene una gran admiración por él. Incluso desde su Twitter,
llegó a arrobar a la Defensoría de
la Ciudad y a la Legislatura porteña pidiendo que lo declaren ciudadano
ilustre.”
La mina que quiere que nombren
ciudadano ilustre a un fulano con el cual, supongo, intercambia fluidos
corporales, se llama Josefina Giancaterino Stegmann, una periodista argentina
que vive y trabaja en Madrid para el diario ABC. y que con 28 años pero con la
seguridad y desenvoltura de quien tiene mucho mundo, logró seducir al showman,
es decir Jorge Lanata quien según dicen las noticias del día oficia el
papel de “novio”.
Está perfecto, pero arrobar sigue
sin cerrarme.
Busqué en la Real Academia
Española el significado y dicen que arrobar es esto:
Así siguiendo el hilo del relato
de Julieta Mondet en el diario Perfil,
estamos todos arrobados por el romance de Jorge, el platinado de Lionel Messi,
el sufrimiento de Cristina peronista, el calor de Macri en los espacios
cerrados, y es tal mi arrobamiento que en lugar de distinguir a Lanata como
ciudadano ilustre propongo a Jacobo Luis Winograd que no será arrobador ni showman
pero dijo una gran verdad aplicable a éste y otros casos similares: Billetera
mata galán.
Gracias por los aplausos pero con
modestia lo digo, solo soy un Showman de
categoría, ingenioso, picante, lleno de gracia y de ironía.
Arróbense.