Gabriel J. Perea R. | 29 de junio de 2023
En medio de las declaraciones optimistas de algunos expertos académicos sobre el crecimiento económico de Panamá y su posición en la región, la realidad nos muestra un panorama totalmente opuesto. Cada día, el dinero parece alcanzar para menos: menos productos en el supermercado, bolsas más pequeñas y precios en constante aumento. ¿Hasta cuándo continuará esta desenfrenada carrera que desangra a los menos privilegiados?
Por otro lado, los salarios permanecen congelados, sin aumentos para nadie. Aquellos afortunados que aún conservan un empleo deben conformarse con lo que tienen, rezando para que no haya ajustes o reducciones de personal en sus empresas. El dinero que reciben en sus bolsillos cada pago parece tan efímero como las arenas que bañan nuestras costas, imposible de retener y se desvanece ante nuestros propios ojos.
Curiosamente, quienes parecen salir beneficiados son los políticos, quienes disfrutan de un año de abundancia gracias a las elecciones. El dinero fluye sin control, mientras aquellos encargados de fiscalizar miran hacia otro lado. ¿Qué nos queda a los panameños? Resignación y resiliencia. Aunque no nos guste, algunos aprovecharán esta coyuntura para hacer negocios con la política. Sin embargo, debemos recordar que después de las elecciones, es posible que no veamos a esos mismos políticos caminando por nuestras calles o ensuciándose los zapatos.
En este escenario, nos queda un último recurso: votar con conciencia de país. Aprovechemos el momento para reflexionar sobre las opciones disponibles y elegir a aquellos candidatos que genuinamente representen nuestros intereses. No permitamos que la apatía nos consuma, ya que cada voto cuenta y puede marcar la diferencia en la construcción de un mejor futuro para todos.
Es hora de que los ciudadanos nos arropemos hasta donde nos llegue la sábana, es decir, actuar dentro de nuestras posibilidades económicas y exigir responsabilidad a quienes tienen el poder de tomar decisiones en beneficio de la sociedad. La situación actual nos reta a ser conscientes de nuestra realidad económica y a tomar acciones que nos conduzcan hacia una sociedad más justa y equitativa.