Kurt Busiek (Astro City) y Carlos Pacheco (Superman: El Hombre de Acero - La caída de Camelot) nos trasladan a 1915 para narrar el relato de iniciación de Fletcher Arrowsmith: recluta llamado a jugar un importante papel en una guerra mundial muy diferente a la que conocemos. Porque en este universo, los soldados luchan con la ayuda de la magia, rodeados de seres fantásticos y hechos inexplicables...
Porque la guerra no es agradable,
ni en compañía de dragones,
magia y aventuras fantásticas
Hace ya más de una década que se reunieron para realizar una mini-serie fantástica y repleta de emoción dos de los creadores de cómics más estupendos que he leído y disfrutado, por un lado el guionista Kurt Busiek, cuyas historias siempre me parecen geniales y por el otro el no menos genial Carlos Pacheco, uno de esos ilustradores capaces de hacer grande un cómic con su sola presencia... tengo que reconocer que en mi habitual ignorancia dentro del mundo del tebeo nunca hasta ahora había echado un vistazo a esta historia repleta de magia, aventuras y color que se va oscureciendo con el paso de las viñetas y que se es todo un clásico del mundo del cómic. Lo he podido leer gracias a una edición más que apetecible de los amigos de ECC Ediciones y os puedo decir que se ha convertido ya en uno de mis tebeos favoritos (algo que no pasa siempre, pero que va logrando que mi pódium vaya variando de tanto en tanto).
El uso cotidiano de la magia, la presencia de criaturas fantásticas y el uso infructuoso de hechizos peligrosos y poco fiables me ha parecido impresionante y muy bien utilizado
La historia nos lleva a una Primera Guerra Mundial alternativa, una en la que la magia existe realmente y en la que participan criaturas fantásticas, magos e imperios gobernados por personajes con poderes arcanos y ansias de victoria y conquistas. La magia nos impresionaría a nosotros, cualquier cosilla, pero en este mundo es algo común y casi previsible, una herramienta más, un elemento más del día a día, pero que se puede usar para todo... y, por supuesto, se utiliza para la guerra, una guerra que no es agradable, ni limpia, ni honrosa... como cualquier guerra, aunque parezca mucho más apetecible vista desde fuera.
En un juego muy bien llevado a las viñetas, Busiek y Pachecho nos hacen acompañar en la que será la aventura de su vida a un chaval de apenas 17 años, Fletcher Arrowsmith, un joven de los Estados Unidos de Columbia que queda impresionado y maravillado por los soldados más famosos y bien parecidos de toda la guerra, el Cuerpo Aéreo de Ultramar, un grupo especial de combatientes que parecen representar todos los valores que los amantes de los ejércitos parecen ver en las batallas: el honor, la disciplina, el valor, la aventura, la gallardía... nada que no viesen los jóvenes de nuestras propias (y reales) guerras en los cuerpos de aviadores de la flota británica... Fletcher y su amigo Jonathan Kerry, imbuidos por sentimientos de libertad y de las ganas de pelear por un mundo mejor, además de ligeramente hipnotizados por la imagen romántica de esos soldados capaces de surcar los cielos en compañía de pequeños dragones, se escaparán de casa y se alistarán en un ejército que no es tan romántico, limpio y honorable como aparenta... algo que irán descubriendo poco a poco y que verán nada más empezar su viaje.
Busiek y Pacheco nos regalan uno de esos cómics que hay que leer si eres amante de los tebeos
Y en medio de todo el amor de juventud, al compañerismo, a la cotidianidad de la muerte y a la búsqueda de la vida en toda su magnitud cuando se ha sobrevivido, la crítica desaforada que el guión hace a la guerra y a sus consecuencias, la sensación de que ningún ejército es bueno y que no importan los bandos, pues cualquiera de ellos estaría dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de ganar... y la conclusión de que la guerra es horrible y no tiene nada de romántica.He, literalmente, alucinado con esta historia. Creo que el universo que nos presenta bien valdría mil aventuras, personajes y momentos más. Me ha gustado el todo luminoso que adquiere al principio, el juego al romanticismo del soldado y cómo, a medida que sabemos más de cuanto pasa, vemos que todo es mucho más oscuro y siniestro de lo que habíamos imaginado. La portada que nos ofrece el tomo de ECC Ediciones no nos ayuda a sospechar la oscuridad que hay en el interior, la crítica a la guerra, el dolor que produce la muerte de generaciones enteras, lo dura que tuvo que ser para el mundo la Primera Guerra Mundial y la idea de que todo el mundo luchó allí, sin importar su raza, condición social o poder adquisitivo (bueno, los muy ricos se libraban si querían... como siempre).
Una historia que no os podéis perder, es impresionante y, estoy seguro, la volveré a leer una y otra vez a lo largo de los años, creo que es un cómic realmente digno de cientos de lecturas. Una triste gozada. Una lectura imprescindible.