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Lo del precio de la luz en España y sus fluctuaciones al minuto es un auténtico ‘poltergeist’, un fenómeno extraño que además de jodidos nos tiene a todo el mundo en vilo y al borde del infarto. “¡Caroline, ve hacia la luz!”, decía aquella madre desesperada a su hija, retenida en las mismísimas entrañas del mal, en el primer ‘Poltergeist’ de la saga. Un grito desesperado que en este país y a día de hoy, se ha convertido justo en lo contrario: ¡Caroline, aléjate de la luz…y si vas no te lleves la cartera! Porque esto es de locos. Más aún, de auténticos ladrones.
Nunca hemos sido los primeros de la clase, pero en este caso por fin lo hemos conseguido y España es primera en algo. Nos hemos convertido en el primer país, no sólo de Europa, sino de la totalidad de la OCDE, donde la electricidad se paga más cara. Vatios a precio de beluga. Un bien básico convertido en un objeto de lujo. Su uso motivo de infartos. No sé quién dijo que la diferencia entre la clase media y los ricos es que, mientras los primeros tenían calefacción central, los segundos podían encenderla. Creo que la definición no puede ser más acertada. Por supuesto que de los más desfavorecidos ni hablamos; a estos les quedan las velas, los braseros y la mala combustión de las bombonas de butano. Si no mueren de frío que lo hagan abrasados, que de todo se quejan. Desgracias de la pobreza energética. Dos telediarios, tres excusas y mirar para otro lado, que la vida sigue.
Lo cierto es que, a este paso, con el precio del vatio desbocado, con la luz va a pasar lo mismo que ocurría con las impresoras domésticas, que era tan caro el tóner que te regalaban el aparato, más barato que el cartucho. Va a llegar el día en que Endesa e Iberdrola regalarán la instalación eléctrica y de calefacción a los hogares, una minucia incomparable a su mantenimiento.
Estamos secuestrados. Somos literalmente prisioneros de una banda de ladrones sin escrúpulos. Cabría preguntarse ¿Quién es más ladrón, si el empresario, el ejecutivo sin ética ni otro objetivo que el máximo beneficio aun a costa del bienestar de los más desfavorecidos o el político que lo permite y legisla para ello? Tal vez en el ADN del primero vaya inscrito ser así, pero al político lo eliges tú, se debe a ti, es un servidor público. Y sin embargo, actúa en contra de tus intereses. La función del político hoy en día no es otra que justificar con las razones más peregrinas y estrafalarias la estafa de la que está siendo objeto el consumidor, el robo a gran escala que está sufriendo. Y lo hace porque participa de él. Los partidos se matan por sentarse en los consejos de administración de las grandes corporaciones que conforman los sectores estratégicos de un país. No por el interés común, sino porque ellos mismos se han convertido en mercancía que se compra y que se vende.
¿Algún político se pelea por estar sentado en el consejo de administración de Inditex? Amancio Ortega es una de las mayores fortunas del mundo, pero ningún político forma parte de su consejo de administración ¿Por qué? Porque no se necesitan. Inditex no necesita a ningún político que legisle para él (más allá de las leyes laborales que puedan beneficiarle en mayor o menor medida). Sin embargo, en sectores estratégicos como la energía, donde los gobiernos pueden fijar los precios y limitar la autonomía de acción, las empresas necesitan al político para que este legisle a su favor…aunque el coste sea la pobreza energética extrema y convertir el precio del vatio en un problema nacional. Y ellos se venden, claro que sí. Por dinero. Porque ante todo está el bien común, el común a su interés.Y luego, al lado de noticias sobre el precio del vatio, aparecen otras a cerca de los sueldos de escándalo de los altos ejecutivos y de los políticos estabulados en los consejos de administración de las eléctricas, y no das crédito a lo que ves. Que el ciudadano a duras penas pueda pagar un vatio y esos malnacidos se embolsen salarios obscenos, es otro de esos ‘poltergeist’ de difícil justificación, pero que se afanan en justificar con el primer ‘peaje’ que les viene a la cabeza. Que haya personajes con salarios que superan los 40000€ diarios es otro fenómeno extraño difícilmente explicable. 40000€ al día. Sí, 40000€. Un muy buen salario anual de un trabajador. 7 veces al día lo que el estado considera digno para vivir una persona durante un mes. Es increíble. ¿Pero qué cagan los hijos de este tipo, oro líquido, uranio enriquecido, joyitas de 1 de 50? Seguro, esos nunca llevan suelto. Y es que está demostrado: en España la luz atrae por igual a mosquitos, estafadores, ladrones y políticos (tautológico, lo sé). Y esta particularidad de la política patria está generando tal tensión en el seno de los hogares españoles, que al final va a ser el empleado de una compañía eléctrica y no el médico quien nos ponga el tensiómetro y, por supuesto, nos cobre tras la medición un peaje por autoconsumo; pues tanta tensión acumulada (en forma de mala leche) podrá considerarse una ilegalidad que un gobierno preocupado por el bienestar y el interés de sus administrados, no podrá pasar por alto.
Dicen que a los políticos vendidos, a estos ladrones plegados a los intereses de las eléctricas, y a los empresarios sin escrúpulos como aquellos, se les reconoce enseguida: además de ocupar sillones en los consejos de administración de esas grandes corporaciones, cuando pasan por los arcos de seguridad de aeropuertos y edificios oficiales emiten un chasquido particular, como el producido por un mosquito que muere electrocutado, atraído por la luz de una lámpara-trampa en las noches de verano. Ojalá que en su proceso de metamorfosis a insecto chupasangre, estos ladrones de vatio blanco lleguen a cobrar parte de su sueldo en vatios. Una retribución en especie que, a modo de descarga dolorosa les recuerde, mes a mes, lo hijos de puta que han llegado a ser.
Mientras tanto, y a falta de las descargas oportunas, esta receta bien puede ser un aviso; eso sí, dulce y delicado: Arroz eléctrico. Un delicioso arroz con leche, en este caso acompañado de mermelada, galleta y petazetas, cuyas pequeñas explosiones serán nuestro sutil recordatorio de que hay chispazos mucho más placenteros en la vida que los que nos procuran este atajo de sinvergüenzas.
Que lo disfrutes y ojalá se les atragante. NECESITARÁS (para 4 personas)
- 750 ml de leche entera.
- 3 cucharadas soperas de leche condensada.
- 100 g de arroz redondo.
- 75 g de azúcar.
- 1 palo de canela.
- 2 cucharaditas de canela en polvo.
- La piel de un limón.
- 6 cucharadas de mermelada de arándanos.
- 6 galletas de canela.
- Un paquetito de petazetas.
ELABORACIÓN
- Ponemos al fuego en un cazo la leche junto con el azúcar, la canela en polvo y en rama y la corteza de limón (cuidando de eliminar la parte blanca interior). Vamos removiendo para que los ingredientes se mezclen bien y en el momento en que comienza a hervir añadimos el arroz.
- Seguimos removiendo hasta que rompa hervir de nuevo la leche. Bajamos el fuego al mínimo y dejamos cocer durante 15’ aproximadamente, removiendo de tanto en tanto. Cuando veamos que ya está cocido, retiramos la rama de canela y la corteza del limón y añadimos la leche condensada. Mantenemos en el fuego 4’-5’ sin dejar de remover y listo.
- Picamos las galletas en el mortero.
- Emplatado: En un vaso de cristal colocamos cucharada y media de mermelada. Cubrimos con la galleta picada y sobre la misma 4 o 5 buenas cucharadas de arroz con leche. Adornar con un poco de canela en polvo y espolvorear por encima una cucharadita de petazetas.
Fácil, original, divertido y exquisito. A disfrutar.
NOTA
Puedes preparar los vasos con antelación, pero hay que servir en cuanto se incorporen los petazetas (notarás que comienzan a explotar). Es una experiencia realmente divertida que no deja indiferente a quien lo prueba. Utiliza la mermelada que más se ajuste a tu gusto, pero el contraste dulce del arroz con leche y la galleta con la mermelada ligeramente ácida de arándanos le da un toque muy refrescante.
MÚSICA PARA ACOMPAÑAR
Para la elaboración: Wide open ft Beck. The chemical BrothersPara la degustación: Roads. Portishead
VINO RECOMENDADO
Castellblanch rosado dulce. DO Cava
DÓNDE COMER
En buena compañía, con la cristalería fina y a la luz de las velas, de la luna o del campingás, cómo no, no vaya a costarnos la luz de la cena más que la cena entera.
QUÉ HACER PARA COMPENSAR LAS CALORÍAS
Jugar a las sombras chinescas; y si el tiempo lo permite pasear bajo la luz de las estrellas.