El artista español Lorenzo Durán Silva se inspiró en una oruga que se comía lenta y delicadamente una hoja caída de un árbol para desarrollar su obra. Y es que con mucho cuidado crea figuras maravillosas usando como lienzo las endebles hojas de los árboles. La técnica que ha ido perfeccionando consiste en lavar, secar y prensar la hoja y luego realizar los cortes con una exactitud casi quirúrgica. El resultado: formas, paisajes, rostros, animales y todo lo que su inspiración le dicta. No hay afán, cada obra puede tomar entre una semana y dos meses pues un mal corte puede destruir todo el trabajo hecho hasta el momento.
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