Revista Cultura y Ocio
El talento es una aptitud sobresaliente que puede llegar a desarrollar una persona. Es una manifestación de la inteligencia emocional que puede ser adquirido mediante el aprendizaje o bien, ser heredado. La diferencia entre ellos es el primero debe ser continuamente ejercitado mientras que el otro es parte de la existencia de las personas. Su desarrollo va a depender de la actitud y las ganas de cada uno de ponerlo o no en práctica.
La música es uno de los talentos que más se desarrolla, pero las personas que la interpretan o componen pueden tener capacidades diferentes y eso no las limita en el desempeño de su don.
A lo largo de la historia de la música han pasado grandes talentos que padecían discapacidades supuestamente básicas para el género.
El caso más claro es el de Ludwig Van Beethoven, un genio de todos los tiempos, que desde muy joven quedó completamente sordo. Sin embargo, este estado no fue un impedimento para crear, sin límites, pues su talento era más grande que su discapacidad. Desde muy chico, mostró interés por la música, y su padre Johann lo instruyó en arte porque vislumbró en él a un nuevo Mozart.
También se puede mencionar el caso de Andrea Bocelli, el tenor, músico, escritor y productor musical italiano y que carece de visión desde la adolescencia. El artista que grabó siete óperas completas (Carmen, La Bohème, Il Trovatore, Cavalleria Rusticana, Pagliacci, Werther y Tosca), además de discos con canciones clásicas y de música pop, se estudió piano desde los 6 años y debido a un glaucoma congénito y un accidente que tuvo jugando al futbol, que le provocó una hemorragia cerebral, perdió la vista a los 12. Pese a su discapacidad, Bocelli decidió que su pasión por la música lo empuje y, en la actualidad es uno de los cantantes mas reconocidos en todo el mundo.