Hoy en nuestro blog, toca analizar una obra del pintor del romanticismo francés Claude Joseph Vernet hecha en 1772, y que actualmente se encuentra en la Galería Nacional de Arte de Washington (Estados Unidos).
Claude Joseph Vernet (Aviñón (Francia), 1714 – París (Francia), 1789), fue la segunda de tres generaciones de famosos pintores franceses (junto con su padre Antoine Vernet, y su hijo, Horace Vernet). Fue sobre todo paisajista, y fue muy conocido sobre todo por sus paisajes marítimos. De hecho, el rey Luis XV de Francia encargó a este pintor una serie de paisajes de los puertos de Francia, aunque el pintor solamente concluyó quince de esos paisajes.
Este pintor es también muy conocido por sus escenas marítimas dramáticas. Las inclemencias del tiempo, los paisajes marítimos agrestes, y barcos en peligro de hundimiento o destruidos, son algunos de los elementos que conforman ese tipo de cuadros de este pintor. La obra que se está analizando en esta entrada, sería de ese tipo.
En esta obra en particular, se pueden apreciar algunas de las características propias del movimiento del Romanticismo. Una de ellas sería la ruptura del orden y el equilibrio entre las diferentes partes compositivas de la obra y por tanto, su composición es totalmente libre.
Además, en esta obra, a nivel compositivo, vemos que esta característica está marcada claramente por la línea diagonal que forma el mástil de la embarcación, que divide la obra en dos partes con temas bien distintos: debajo del mástil, en primer plano, vemos una escena de auxilio a los náufragos por parte de varios personajes que les ayudan a llegar a la orilla.
Acompañando a esta escena, vemos el mar que está totalmente bravo, las olas chocan con violencia frente a las rocas. El viento juega un papel fundamental en este aspecto. Al fondo, y al borde de un imponente acantilado, vemos una fortificación defensiva, probablemente un castillo. Por lo tanto, toda esta parte de la obra está muy recargada de elementos artísticos.
Por encima del mástil, vemos la otra parte de la obra, que al contrario que la otra, tiene pocos elementos artísticos. Vemos hacia el fondo un barco que navega hacia un claro en medio de las nubes. Esto tendría un significado de caminar hacia la esperanza en medio de la desgracia.
Otra característica sería un claro dominio del color sobre el dibujo, si bien es cierto que en esta obra el dibujo no desaparece, esto es muy claro en el mástil de la embarcación, que ha sido dibujado para hacer de guía a la hora de componer esta obra. La gama cromática, en líneas generales, está compuesta de colores fríos: azules, ocres, grises…
Sin duda, nos encontramos ante una obra pictórica, que sin ser, ni mucho menos la más conocida, ni mucho menos de un autor de los más famosos del Romanticismo, nos ayuda a entender, de manera muy clara, algunas de las principales características de este movimiento en su vertiente pictórica, lo cual no es poco mérito para esta obra.
Simón de Eiré