Cualquier empresa que nace, la máxima es vender su producto o servicio, y para ello es necesario captar clientes potenciales. Las pautas a seguir para la captación de estos clientes es muy heterogénea, dependiendo de cada empresa. Y aunque a nivel general se corrió una voz, que decía que había que gritar en el mercado, y gritar mucho y muy alto, frases como somos los mejores, somos los primeros, somos únicos. Con el paso del tiempo los que gritaban tanto y tan alto, llegó un día en que se quebraron la voz, y se descubrió que sólo había eso, gritos que se imponían entre ellos mismos, que empezaron a dejar entrever que no había nada. Que el mismo viento que se llevaba sus gritos, también se llevaba sus clientes, en busca de diálogos en donde se propone y se escucha, y se buscan nuevos caminos, nuevas puertas que abrir.
Estos clientes cansados de la misma cantinela una y otra vez repetida, empezaron a descubrir en sus nuevos caminos, que existen otras áreas, otras lugares, otros estancias, donde poder descansar, y relajadamente y entre debate y coloquio, se puede llegar a puntos de encuentro. Descubrieron que Arte es un sector que les permite potenciar la coherencia de su mensaje y darle una total cobertura.
Que gracias a Arte existen otras formas de aprender, donde la diversión es la abanderada, y la creatividad permite investigar un sinfín de experimentos de laboratorio, todos con utilidad en algún momento. Que nada está cerrado y que soñar no sólo es posible sino que es fundamental para poder posicionar arriba. Es la forma más segura de conservar tus fans dentro de casa.
